Tío conejo y tío coyote

 

Bueno. Era una viejecita y sembró sus plantitas. Sembró este... lechuga, coles y el conejito no le dejaba las plantas. Todos los días se las iba a comer. Todos los días, todos los días hasta que un día este... había... este... hasta que un día este... que le... que le ponen una trampa.
Que le dice a su compadrito, le dice: —Oye, compadre. ¿Qué será bueno?, dice. —Fíjate que el ca... maldito animal todos los días se viene a comer mis plantas, dice.
—Pos, mira, comadre, dice. —Le vamos a poner una trampa.
Que le ponen una trampa, un muñeco de cera. De pegar mente, ¿verdad? [sic] Y allí que llega el conejito y que le... que llega y anda a comi y comi, una vez que se llenó que va y que le pega un manazo. Dice: —¡Qué cosa está haciendo parada aquí?
Que le da un manazo. Que se... ¡bueno! Pos, ni se movió el conejito, como era... no era de de veras. Y que... que se queda pegado: —Suéltame, que te voy a dar otra trompada. Que mira, te voy a desbaratar.
Y no... dice: —Contéstame. Dice: —Bueno. No me contesta.
Que le da otro manazo y que se queda pegado con las dos manitas. Y que agarra y que le dice: —Suéltame porque te voy a dar una patada, y mira. Te voy ora sí, y dice, —te tumbo.
Que le da una patada y que se queda pegado de las tres. Y que dice: —Suéltame porque mira. A las tres no t’hice nada pero ora sí, dice, —te voy a dar otra. Dice: —Mira. Ora sí. Dice: —Ora sí te vas a cáir.
Que le pega otra y que se queda con las cuatro. Dice: —Mira. Suéltame porque te voy a dar un panzazo. Dice: —Con ese, como tengo más fuerza, dice, —con ese sí te voy a desbaratar.
Que le da un panzazo y que se queda bien pegado. Dice: —Bueno. No me quiere soltar porque te pegué pero como ahora te voy a hacer una mordida, dice, —ora sí, dice, —te voy a arrancar el pedazo. Dice: —Suéltame porque te voy a morder.
Que le da una mordida y que se queda pegado. Y ya no pudo hablar y que llega la viejita. Dice: —¡Ay! Con su garrotito Dice: —¡Con que aquí está, rebribón! ¡Aquí mero te quería yo!
Que lo agarra refuerte y que le pega y se lo lleva pa’ su casa. Que llega y que lo encierra en un cajón, en un cajón grande. Allí estaba encerrado. Que le dice, que pone la viejita una ollota de agua hirviendo para pelarlo, para comérselo.
Que pasa por allí el tío coyote y que le dice: —¿Qué haces aquí, tío conejo?
Dice: —Nada, tío coyote. ¿Qué he de estar haciendo? Dice: —Fíjate, que, dice, —mira, me van a dar una comida pero mira, ¡rebuena, buena! Dice: —Mira. Allí está el agua hirviendo. Dice: —Me van a matar una gallina. Pero, fíjate, ¿dónde me va a caber tanto?, dice. —Es que una gallina es mucho para mí. Yo soy muy chiquito.
Dice: —Bueno. Dice: —Pos, este... Sácame y yo me quedo.
Que agarra y que le abre el cajón y que se sale el conejito y se queda el tío coyote encerrado. Y que se va el tío conejo corri y corri y corri. Que llega a un cerrito y que se sube arriba que se viera para donde estaba el... la casita de la señora. Que sale la viejita y va corrí... bueno. Áhi va despacito, despacito a sacarle del cajón al tío conejo. Y que ve al tío coyote y dice: —Ora, dice, —que eres brujo maldito. ¿Cómo eres, conejo? ¡Ya te volvistes coyote!, dice.
—Entonces eres brujo, dice. —¡Orita vas a ver lo que te va a pasar!
Se regresa la nanita y que pone una barreta grande en la lumbre y este... una vez que estaba bien colorada, ¡ay...! Encuentra al coyote... bien colorada, colorada la barreta, que va y que alza el cajón la viejita despacito. Que le mete la barreta por el rabillo del coyote. Y que se va, que se sale el coyote, pero ahí que se va, corri y corre. Que encuentra, que le grita el tío conejo: —¡Aa, tío rabillo quemao!
Pero le dijo, bueno, este, dice: —¡Ah, tío culillo quemao! Dice: —¿Qué tal te fue?
Dice: —¡Qué! ¡Orita sí te voy a comer!, dice, —porque me engañastes. ¿Y cómo dijistes que me iba a dar gallinas? Dice: —Me quemaron mi rabo. Dice: —¡Ora ven a sacarme la barreta que ya me voy a morir!
Que corre el conejo y dice: —Pero orita te la saco pero no me comas. Que se la saca y que la tira y parte. Corre como venado el conejo y que se va. Ya el coyote iba triste, triste. Entonces que agarre y que encuentra un, un cajón de colmenas. Que le dice: —Mira. No me comas, dice, —y voy a sacar estos... este... Dice: —Mira. Voy, vamos a sacar esto y nos vamos a comer que son resabrosos. Dice. —Ya me saqué uno.
Dice tío coyote: —¿Y qué son, tío conejo?
Dice: —Pues, son quesos.
Eran las lonjas de miel.
Dice: —Son quesos, dice. —Tú que estás más grandote mete la mano y sacas otro más grandote, dice, —y me convidas. Yo como estoy chiquito no alcanzo. Pero tú que estás grande, sí alcanzas.
Bueno. Que agarra el tío conejo y que ¡paaa! El tío corre... el tío conejo y que le deja al tío coyote que mete las manos. Que se le pegan todas las colmenas al tío coyote. Y áhi se va revolcando hasta que llega al río y allí que se moja en el agua y ya se le quitaron. Y áhi va bien triste y adolorido, todo picado. Que encuentra al tío conejo. Ya se había subido arriba de una nopalera. Dice: —¿Qué estás haciendo áhi, tío conejo? No, que dice, —orita sí te voy a comer.
Dice: —No me comas. No me comas. Mira, dice, —te voy a pelar tunas. Que, mira. Están resabrosas.
A prueba que le bota una.
Dice: —Pélame más.
Y le estaba arriba, hasta que se cansó el tío conejo y que agarre y le bota una con espinas y que se, ¡que todo que se espina el tío coyote! ¡Que parte, corre como venado y que se va! Y que se queda espinado el tío coyote, ¡bueno!, quitándoselas, ¡bueno, sí!, revolcándose en la tierra pa quitárselas. No podía sacar. Mientras el tío conejo agarra ventaja y se va relejos. Y que agarre y que llega... y estaba un charco de agua grande. Y áhi llegó el tío coyote y que le dice: —¿Qué estás haciendo aquí, tío conejo?
Dice: —Nada, tío coyote, dice. —Estoy, este... este .... Mira, ¡qué quesote nos vamos a comer! Está regrandote, dice.
Dice: —Yo no te creo porque luego me engañas. Dice: —No es cierto. Te voy a comer.
Dice:—No me comas. Mira, tú que estás más grandote acábate esta agua, dice, —y verás cómo nos, nos sacamos el queso.
Que empieza el tío coyote. ¡Bebe, bebe agua! ¡Bebe, bebe agua! Y que agarre y que ya le salía por detrás el agua al tío coyote. Y el tío conejo mientras que se va corri y corri de nuevo. Y que se cansa el tío coyote y que agarre y que se... —¡No más me engañas!, dice. —No es cierto. No me puedo acabar el agua.
Y se va, que se va a buscar al tío coyote [sic]. Dice: —Si lo encuentro yo, sí me como al tío conejo. ¿Para qué me engañó?
Y se va. Que agarre y que, agarra el conejo y se mete debajo de una piedra grandota que estaba en una cueva. Y dice, ya está haciendo fuerzas que llega el, que llega el tío coyote y dice: —Orita sí te voy a comer.
—¡No me comas que se va a acabar el mundo!, dice. —Ayúdame a detener esta piedra porque si la suelto, dice, —se va a acabar el mundo. Y yo ya me cansé, dice.
—¡No, porque nomás me engañas! Dice: —¡No es cierto!
—¡Ora sí es cierto! ¡Detenme aquí!
Y que agarra y que se queda el tío coyote. Entre más se alzaba, más fuerzas hacía y la piedra no se, no se caía. Bueno. Él sentía que, ps, quién sabe, pesaba más. Hasta que dice: —Yo la voy a soltar. ¡Que nos muéramos yo y el tío conejo! ¿Para qué me engaña? Dice: —¡Al cabo no no más yo me voy a morir! ¡También el tío conejo!
Que suelta la piedra y que se queda viendo y no se cayó. Dice: —No más me engañó. Dice: —Me engañó de nuevo. Orita me lo encuentro y yo sí me lo como.
Y que agarre y que llega, y que le dice, que le dice, que se mete en una se... que se mete en un sem... una zacatanera graaaande que estaba bien alrededor. Que se mete él en medio, y que le dice, que le dice estee... dice... ¡Ah!, que se encuentra, que es una guitarra de palo. Con unas, con unos esclips [sic], y estaba tocando.
Dice: —¿Qué estás haciendo, tío conejo? ¡Orita sí te voy a comer!, dice.
—¡No me comas! ¡No me comas! ¡Que fíjate que se va a casar mi madrina!
Dice: —¿Se va a casar?
Dice: —Sí. Mira. Vas a ver. No tardan los cohetes. Tócale aquí. Yo voy a encontrar a los padrinos.
Dice: —Bueno.
Y que se agarra el tío coyote, toque y toque la guitarra, y él que se va prendiendo los zacatones alrededor, alrededor. Y oyó los cohetes pero de los zacatones que tronaban. Ya estaban ardiendo. Y entonces que agarre y ve que la lumbre alrededor de él y ya no tenía por donde salirse. Pos, siempre que brinque y que se va. Dice: —Orita me lo encuentro yo. Sí me lo como.
Que va ventiando, ventiando, siguiendo el rastro. Y entonces que agarre y que, encuentra al tío conejo en una jaba vieja en un basurero tirada, y un hilo.
Que llega el tío coyote y dice: —¡Orita sí te voy a comer!
Dice: —¡No me comas! ¡No me comas! ¡Que fíjate que este... que se va a acabar el mundo!
Dice: —¿Cómo que se va a acabar el mundo? Dice: —Ya no me andes engañando. Dice: —No es cierto.
—Ora sí no te engaño. Dice: —Métete aquí tú que estás más grandote porque... dice, —métete aquí, dice, —y yo te cuido. Dice: —Yo me meto debajo de ti para que no nos, para que no nos muéramos.
Dice: —Bueno.
Y que lo amarra con un hilo y que lo cuelga en un árbol. Y luego allí que agarra muchas piedras y empieza a tirar así, a tirar, a tirar, a tirar. Y le dicía: —¿Qué tales granizadas cain, compadre?
Dice: —¡Uu, pero refuertes!
Y que agarre y que áhi que lo mata el tío conejo al tío coyote. Y ya se acabó.

 

Nº de referencia: 238

Al habla:
Teresa López Soto
(26 años)

Recopilado por:
Stanley L. Robe

Registrado en: La Joya (Acajete, Veracruz), el 20 / 7 / 1965

Transcrito por: Stanley L. Robe

Ver en el mapa: localidad / sitio de documentación / lugares mencionados

 

Este relato fue publicado en:

 Stanley L. Robe, 1971. Mexican Tales and Legends from Veracruz. Berkeley: University of California Press, núm. 3

Notas
Nos. 1, 2, and 3 of this collection are of a theme that occurs frequently in Mexican oral tradition, a series of episodes in which the clever rabbit consistently tricks the coyote, who appears as a dupe. Actually, each narrative involves not one type but several, which have little relationship with one another, except that the actors are the same. George Foster discusses the arrangement of the types that compose the rabbit and coyote narratives in "Some Characteristics of Mexican Indian Folklore," JAF, LVIII (1945), 225-235, and presents them graphically in a tabulation in his Sierra Popoluca Folklore and Beliefs (Berkeley, 1945), p. 222. The narratives included here, which are from mestizo, Spanish-speaking informants, do not differ appreciably in order, arrangement, and expression from those cited by Foster. Of the types occurring in these narratives from Veracruz, certainly A-T 175 The Tarbaby and the Rabbit has received the greatest attention from folklorists, in particular the late Aurelio M. Espinosa, who treats it in extreme detail in his Cuentos populares españoles (Madrid, 1946-1947), 11, 163-227, and various of his articles cited in the bibliography of this volume.

 

Ver los motivos
) -

 

Ver los tipos

8. - False Beauty Treatment (previously "Painting" on the Haycock). (Including the previous Type 8A.)

34. - The Wolf Dives into the Water for Reflected Cheese. (Including the previous Type 34B.)

49A. - The Wasp Nest as King's Drum.

74C*. - Rabbit Throws a Coconut.

78A. - Animal Tied Up Because of a Storm (previously Animal Allows Himself to be Tied so as to Avoid Being Carried off by Storm).

175. - The Tarbaby and the Rabbit.

1530. - Holding up the Rock.

 

Materiales adicionales

 

 

Los materiales de este sitio pueden ser usados y reproducidos para fines de educación e investigación sin fines de lucro, citando su fuente y sus datos correspondientes (informante, recopilador, transcriptor, etc.). Cualquier otro uso requiere autorización. Este sitio es posible gracias al apoyo de la DGAPA, proyecto PAPIIT IA400213

© Laboratorio de Materiales Orales. ENES, UNAM Morelia.