Cuando Jesucristo andaba sobre la tierra

 

Después del diluvio universal bajaron todos los ríos. Después del, del diluvio y allí cuando ya bajaron los ríos, hizo estragos la... el agua, por la orí’a [i. e., orilla] vieja, en las cañadas, en los cerros, dondequiera.
Entonces el Señor mandó un monje a la tierra a ver cómo había quedado aquí. ¡Uuu! Ya, entonces se fue la corriente del, de allí de esos lugares donde H. este... los lugares, pos, lugares, del, del territorio, ¿verdad? y áhi. Ya vida que ya se había quedado aquí, los estragos que había hecho la, el agua cuando llovió. Este... entonces ya se... ya cuando hubo este... Adán y Eva quedaron... ya armaron el, el hombre y la mujer, fue a ver ya la familia y la formación de la gente. Ya ve. Ya.
[Hay una corta interrupción mientras pasa un camión de carga por la calle principal del pueblo.]
Estaba viendo que está... tenía que quedar así, así debía quedar pa’ toda la vida, hasta el fin del mundo, la tierra como había quedado. Y ya entonces este... volvió ¿cómo se dice? este señor un niño, Dios. Dios. Así lo hizo, para recorrer los lugares de las... los lugares lejos, del territorio. Y ya ese cuando fue pa’ aquel caballero que vivía al lado del río, ¿verdad? Y ya este... allá que quería pasar el río. Y él estaba viendo para el otro lado del río. Y ya pa’ que pasaran hizo un, una noria. Allí pa’ ver si, si pasaba, ¿verdad?, cuando iba a pasar. Y así pasaban por la mente.
Ese, porque no había allí, pues, palabras para ir en la noria aquella. ¡Uuu!... que... pasaban aquello. Viendo que estaba allí ese niño que los iba a llevar pa’l otro lado también. Iban pa’l otro lado también: —¡Ah! Si quiere te entenamos... este... te pasamos. Está el río... te voy a pasar en el río.
—No, a mí no me pasa nada, dice. — No me pasa nada. Yo... este... nos pasa y me mojo.
Luego dice: —No, que te va a llevar el río. Que te va a llevar, decía. —A mí no me pasa nada. ¿Quieren ver?, dice.
—Pos, a ver.
Formaron así el caballo para verlo cómo hacía. Y pasaron y de veras que no hacía bien el lado, él aislado. Se pasó y no se mojó de veras y este no se mojó.
—Y así. ¿Ya ve?
Y dijo: —¿Quién será ese niño? No cabe duda que es el niño Dios, el niño que anda aquí, tan pobrecito. Pues, es el hijo. ¿Qué anda haciendo este niño aquí? Todavía 'stá aquí y se apareció y si no, así no podemos pasar el río. [Risa] Así es por él no podemos pasar el río.
Se fueron ya. Pos, ya se fueron. Y pos ya se fue. Allí siguieron su camino para acá, por el camino siguió ya donde él iba recorriendo, lugares.
Y allí... ¿Cómo va? [El narrador se pone a pensar en el hilo del cuento.] ¡Aa, con los panes! ¡Aa, no, cuando ...! Sí con los panes.
Cuando ya ese fue ya a otra parte ya como Dios se veía, como Nuestro Señor, como se veía Él, se fue pa allá, lugar que recorrer, allá se llevó entonces los apóstoles, San Pedro, San Pablo. Y este es, Nuestro Señor, y una torta de pan y dos naranjas, allí. Ese era el bastimento que llevaba. Y a lo lejos dicía uno de ellos que ya tenía sé: —Señor, ya tenemos sé, le dice. —¿Dónde habrá agua?
Dice: —¿No te ha dado donde hay agua?
Y ese que le daba, ya era el hambre, ya comiendo el pan aquel que llevaba.
Dice, entonces y cuando el Señor le hablaba, el apóstol botaba el taco. [Risa] Botaba el taco. [Risa]
—Señor, que...
Ya hacía... Y lo hace pa’ participar, pa’ hacerlo ver lo que tenía él, que diciéndole. Ya cuando se vuelve a repetir: —Señor, tenemo mucha sé.
Y tiraba y tiraba.
Ya cuando en seguida llegamos a donde hay agua.
Ya cuando ya encuentran, llegaron a un río, un río donde estaba el agua revuelta. Estaba el agua revuelta, allí primero. Ya cuando encontraron agua estaba el agua revuelta. Entonces: —Aquí está el agua. Dice: —Tome el agua. —Señor, está el agua sucia.
No servía el agua.
Bueno. Si no quieren de esta, adelante hay agua limpia.
Él ya sabía. Y se fue. Ya se fueron y ya encontraron el agua así al otro arroyo.
—Ora sí está aquí el agua clarita. Tómenla. Está esta clarita.
Y se echaron. Se colocaron junto al agua, en la tierrita. Nuestro Señor saciando la sé. Ya se quitó la sé. Dice: —¿Bebieron ya del agua fresca?
—Sí, Señor. Sí, Señor.
—Miren lo que está allá arriba. Allá arriba están las reses en el lado de los llanos. Está mejor el agua aquella que pasamos que esta. Está más buena el agua aquella que esta.
—Señor, ¿por qué no me dijistes?
—No. Pa’ ver, ustedes hasta dónde llegan.
Ya no dicía nada. Y ese dice: —Señor, a ver. Tráiganme pa’ acá el pan. Sáquenme de la canasta, señor. De la canasta.
—Y el pan, Señor, me lo comí.
—¿Y a qué te supo?
—A nada, Señor.
—Ya ves lo que eres. No. ¿Por qué no aguantastes? ¿Por qué no le das para, a, a tu hermano? Y entonces decía: —Ganó el de la envidia, del mezquino. Y dice: —¿Las naranjas?
—Aquí están.
—Áhi me trae una. Pártela.
Cuando la parte le da más grandes al otro. No. A él le tocó lo de más y al otro menos. Sí.
—Caray! Tú no eres buen partidario. Tú no eres buen partidario. Eres envidioso. Áhi me traes l'otra. Ya cuando pártela, las partes, para no quedarse así, das parte porque uno con otro, quedan discontentos. Queden contentos. La comida, cómela.
Y dice... así se quitaron el hambre y la sé. Así en ese lugar.
Y de allí se fueron, caminando otra vez a agarrar rumbo. Al pasar por aquella, aquella montaña que había por allá, por el camino, el, el camino de arrieros, viejo. Ya ve. Entonces muy avanzado de la tarde se quedaron, se quedaron en una, una casa ahí de hospedaje, allí. Y dice, y llega en la tarde y dice áhi el Señor: —Señor, ¿tiene usted aquí posada para quedamos esta noche, que venimos cansados de caminar?
Dice el hombre: —¡No! Aquí, no se quede aquí.
Y ya quería dos hombres. No quería que las mujeres esas se quedaran allí. Y como iban dos, quería saber qué, quiénes eran. Y allí está entonces que dice: —La señora, su mujer, se queda áhi en el rinconcito. Que se quede allí por el lado de juera.
—Bueno, pues. Áhi que se queden.
Y allí se, se quedaron. Bien temprano querían irse, pa’ Capacha [?] esa vez.
Ellos tenían ese gallo que le digo que tenían, ahí que cantaba todos los días por la mañana. Y en la noche oyéndolo cantar, este lo mató. Se lo echó en la bolsa pa’ que lo llevaran, porque ya no dice, que no era capaz de llevárselo.
Y así en la mañana decía que iban: —Ora sí, buen hombre, ya nos vamos porque vamos a caminar temprano.
—Bueno. Sí, que le vaya bien. Sí. Dice: —Sí, señor, que le vaya bien. Muchas gracias.
Y se levanta el hombre aquel, a seguir el gallo, que el gallo no cantaba en la mañana. Cuando dice la mujer: —¡Oyes! ¡El gallo ya no canta! Yo creo que ese ha de ir en el costal.
—No. Y ¿qué van a llevar en el costal?
—No. A ver. Dice: —A ver el gallo que llevan en el costal.
—Bueno, dice. —Hay que sacarle siempre. Dice: —A ver, Pedro. Vacía el costal a ver si... pa’ que diga quién fue. Y ellos no pueden decir que yo he sido.
Él sabía, ¿verdad? Bueno. Ahí está haciendo allí que... a ver si decía el gallo por sus señas. Vacía el costal. Vacía el costal y se para el gallo y pega las correteadas. Lo vio y dice: —¡El Cristo fue!
Dice. Anuncia. Entonces decía que él lo había matado. —Burro, le dice.
Entonces se puso en cuatro patas aquel hombre así como un burro. Así, así lo, yo lo... con las trazas de uno allí.
Dice: —Carga la maleta. Dice, le dice él al, al apóstol: —Vas a arrear el burrito y no cargar la maleta, dice.
Lo llevaron y allá, cuando iba por allá lejos encontraron un arriero. Dice el arriero: —Señor, le compramos el asnito. Lo compramos con nuestros centavos. Dice: —Señor, le compramos el asnito, pa’ completar un hatajo. Falta uno.
—No. No lo vendemos. Si quiere, si quiere se lo arrendamos, en arriendo.
—Bueno, como quiere, señor. Necesito uno. ¿Cuánto ha ganado? ¿Cuánto gana?, dice.
Ya le dijo, cuánto iba a ganar: —Con la condición que aquí en este lugar, dice, —aquí lo, aquí tiene que quedar.
No quería ya el, ya sentido con el, lo que cogió con el trato cuando ya llegaba otra vez por allí con aquel arriero. Dijo: —Señor, aquí está él, aquí está su asnito. Aquí está lo que trabajó. Tenga, dice.
—Bueno. Está bien. Muchas gracias, dice.
—Sí, hijo.
—Ya me sirvió mucho tiempo el asnito.
—Está bueno.
Entonces lo llevó pa’ su casa otra vez y le dice... de nuevo en hombre. Cuando dice "Buen hombre" es un hombre. Ya no era burro. Era un hombre: —Ten lo que ganastes. Así se gana el dinero, hijo. No robando. Mira que te cuesta dinero como trabajastes. No seas tonto. El hombre está apeado como pa’ trabajar, no pa’ robar. Diga, ya vites cómo se gana el dinero. Quería robarme a mí. A mí no me engaña. Y así se gana el dinero trabajando. Ahi estáte con tu mujer, tus hijos. Trabaja pa’ que se mantengan. No seas así. Dice: —Robar ya sabes que es malo.
Ya se fue el Señor. Se fue. Ya le dice la mujer: —Ya ves. No hay que ser malo en el mundo. Hay que ser siempre de buen corazón con los que pasan aquí. Un pobre viejo que venía áhi. Como burro te cargaban. Mataste el gallo para que lo llevara robao. Tuvo que castigarte, le dice la mujer.
El hombre aquel no dijo nada. Quedó convencido que era un dios. Sí. Y entonces dice: —Ahora cuando pase otro hay que ser ya no, no ser malo. Hay que darle lo que téngamos, lo que cómamos. No se quede por áhi así en un rincón. Ya sí tengo el corazón bueno. Él me lo dio. Ya escarmenté de la vida. Mira cómo estoy, abrumado. En las espaldas tanto que cargué desde allá, tanto tiempo que áhi andamos. Teníamos que viajar de allá pa’ acá y lejos. Ya fue por la carga. Ora sí. Ya estoy convencido que sí, él fue Dios. Él me castigó así. Ya no lo volveré a hacer.
Ya.

 

Nº de referencia: 244

Al habla:
Domingo Jiménez
(55 años)

Recopilado por:
Stanley L. Robe

Registrado en: Tecolutla (Tecolutla, Veracruz), el 14 / 7 / 1965

Transcrito por: Stanley L. Robe

Ver en el mapa: localidad / sitio de documentación / lugares mencionados

 

Este relato fue publicado en:

 Stanley L. Robe, 1971. Mexican Tales and Legends from Veracruz. Berkeley: University of California Press, núm. 9

Notas
The introductory episodes are not clearly defined, particularly the first, because the informant has provided few details and his more or less disconnected narrative is no easily understood. The second episode resembles somewhat A-T 774 and its subtypes Jests about Christ and Peter, in which Peter is made to look foolish. The remainder of the narrative, whose features are somewhat clearer, is based upon motif Q1.1 Gods (saints) in disguise reward hospitality and punish inhospitality. Several related motifs are prominent: D661 Transformation as punishment, D132.1 Transformation: man to ass, Q551.3.2.6 Punishment: Transformation man to ass. The principal motif, Q1.1, places the narrative within the general category of A-T types 750 and 751. Because neither Thompson, Boggs, nor Hansen lists a type corresponding to No. 9, 1 have assigned it number 751*E. I have found no peninsular or Spanish-American parallels in text collections.

 

Ver los motivos
) -

 

Ver los tipos

774. - Christ and St. Peter.

 

Materiales adicionales

 

 

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