María Cenicienta

 

Era un señor que tenía una hija. Se llamaba María. El señor era arriero. Tenía sus burros. Y en frente vivía otra señora que tenía una hija, también viuda. Y un día le dijo el señor a María su hija: —Hija, ¿qué te parece? Pienso casarme con la señora de en frente para que tú no estés sola. Te sirve de compañera.
—Muy bien, papá. Como usted guste.
Se casó. Pero la pobrecita desde luego tuvo que sufrir mucho. La madrastra fue muy dura con ella. La mortificaba mucho, de manera que ella sufría mucho con la madrastra.
Un día compró menudo y le dijo que fuera a lavar el menudo y que si una tripita se le iba la castigaba mucho, la pegaba. Se fue la pobrecita a lavar el menudo. Llegó al arroyo. Estaba una señora muy hermosa.
—¿Qué andas haciendo, buena niña?
—Pos, vengo a lavar este menudo, que me mandó mi madrastra pero con... que si una tripita se me va, pos, casi me mata.
—Yo te lo lavo, niña. No tengas cuidado. Mira. Allí en aquella lomita que está allí está una señora tullida. De la caridad vive. Van personas a ayudarle, a dar prendas de comer y todo así. Si quieres ir, le barres y le haces el almuerzo. —Sí, señora.
Se fue. Llegó con la enferma: —Buenos días, señora.
—Niña, buenos días.
—Vine a ver a qué le ayudo. ¿Qué le hago?
—Mira, niña. Allá lo ve ya. Me traen los vecinos chocolate, lechita. Me haces favor. Me haces mi almuercito. Me traes mi desayuno mientras.
—Sí, señora.
Luego que estuvo eso, se puso a barrer. Le barrió su casita. Le barrió. Le dio de almorzar porque la señora estaba tullida hasta de las manos y tenía que darle a la pobre. Le dio y luego, y ya se despidió.
—¡Dios te lo pague, niña!
Se fue y llegó allá al arroyo donde estaba la señora: —¿Qué sucedió? ¿Ya arreglaste?
—Sí, señora. Le arreglé como pude porque no me puedo dilatar mucho porque mi madrastra se enoja.
—Bueno. Pues allí está tu menudo. Coge y agarra.
Se agacha la niña a coger el menudo y se le pega una estrella en la frente. Y se va. Ella, María Cenicienta, pero toda la gente está viéndola con aquella estrella tan relumbrosa. La señora estaba ya muy enojada, la madrastra: —Y, ¡Ave María! y —¿qué habrá esa muchacha? y —¡ya puede que coja ese menudo! y que... ¡bueno!
Ya dice: —Asómate, le dice a la hija que se asomaba a ver si venía. Ya luego cuando esa se asomó le dice: —¡Ay, mamá! Ahí viene pero trae una estrella en la frente tan bonita que quién sabe de dónde se le podía ofrecer.
Ya llegó y llega la señora, la madrastra, a empujones: —¡Ándale! ¿Qué hacías? A que nos recoges el menudo.
La aventaba y la otra muy humilde sin contestar palabra.
A pocos días le dijo la hija: —Mamá, cómprate menudo y me dice a mí lo que le dijo a María. A ver si me cae otra estrella.
—Sí.
Bueno. Compró el menudo. Y luego ya: —Anda a lavarlo y si se te va una tripita ya verás cómo te va. Te pego.
Se fue. Llegó al arroyo. Estaba la misma señora muy hermosa: —¿Qué andas haciendo, buena niña?
—Bueno. Me mandó mi mamá que viniera a lavar este menudo pero si se me va una tripita, pues casi me mata.
—No, mira. Yo te lo lavo. Anda allá arriba con la enferma y le das de almorzar, le barres. Le haces lo que puedes.
Pues, ¡qué airosa fue esta muchacha!
Fue y luego: —¿Cómo le va, vieja? ¿Qué estás haciendo?
Y la pobre señora enferma. Pues fue y le quebró unos trastes. Le echó más basura. En fin, de ahí sale de esta señora. Le hizo de a día y medio y no le hizo nada del quehacer. Luego se vino.
—¿Ya le arreglaste?
—Sí, ya le arreglé.
¡Qué le había de arreglar! La muchacha esa hizo puras travesuras.
—Ahí está tu menudo.
Al agacharse ahí se la cae una caca en la frente, de burro.
¡Válgame María Santísima! ¡Iba gozando tanta cosa! Pos, ¿cómo quiere estar igual en su casa?
Y su madre: —¡Válgame Dios! ¡Decir lo que es la envidia! Eso fue por la envidia que tenías con María.
Pero por más que hicieron aquella lucha de quitarle aquello, nada. No se le quitaba. Fue pegado. Bueno. Se ponía un pañuelo. Se ponía un sombrero y de esa manera se lo tapaba.
En esto el príncipe, como allá había príncipes, pensó que tenía ganas de casarse. Daba unas corridas de toros para que fueran todas las muchachas y la que más le gustaba, casarse con ella. Bueno.
Pues que luego ya... Dijo la muchacha... Ella se arregló muy bien para ir a los toros y, y se puso sombrero y muy catrina.
Y fue esta a darle muecas a María Cenicienta: —¡Uuu! ¿Qué le parece que tú no vas? Entonces ya nos vamos a los toros.
La pobre callada. No respondió palabra. Se fueron.
En esto se presenta una hada que era la madrina de Cenicienta. Dice:
—Ahijada, ¿quieres ir a los toros?
—Pos, madrina, si usted me lo permite.
—Pues, anda tráete dos ratones.
Y luego para que... formarte la carroza, y vino con los ratones. La madrina ¿cómo lo hizo?
—Varita de virtud, con la virtud que tienes y la que Dios te ha dado, un traje primoroso para mi ahijada.
Ahí la tienes en un momento, una primorosa como una princesa. Bueno. Se fue. Le dijo: —Te vas en la carroza pero al, al cuarto toro te vienes, antes que se acabe. Si quieren detener le atuerces a la carroza para que te vueles por el viento.
—Sí, señora.
Se fue. ¡Uuu! Luego que llegó allá toda la gente, luego el príncipe: —¡Ay, qué hermosa muchacha! ¡Yo con ella me caso!
Luego: —Señorita. Y la subió hasta el mejor palco.
Y la otra, la madrastra, y la otra: —Mire, mamá. Esa es parecida a esa María Cenicienta.
—¿Dónde va a ser María, hija? Se parece pero no lo es.
Así María se estuvo cortejada de todos los demás elegantes. Ya que se llegó el cuarto toro dijo que ya se iba. —No, señorita, y —Quédese usted. Y la rogaban. Ella se armó y se fue. Pero al subir a su coche querían detenerla y ella por subirse aprisa se le cayó una chinela y se quedó tirada allá. Le torció al carrillo, a la carroza y voló con el viento. Se fue. Bueno.
Otro día salen los... esos que gritan: —La que, la que le venga este zapatito se casa con el hijo del rey.
Luego la muchacha aquella envidiosa dijo: —Es mío el zapato.
Se lo puso, pero no, no le pudo entrar. Tenía el pie muy grande. Hasta se cortó un pedazo de pie. No más que se envolvió muy bien para no manchar la chinela de sangre y dijo que era de ella. Pos, que se arreglara porque ella tenía... que venían por ella en el coche. Se compuso muy linda, tenía vestido azul con sombrero y todo.
Y ya iba a subir en el coche, que llegó el sirviente, el cochero para, para llevarla allá con el príncipe, cuando tenía un perro Cenicienta. Y empieza el perrito:

—Gua, gua, gua,
Caca de burro se va en el forlón
y estrella de Venus está en el fogón.

—¿Qué dice ese perro?
—No, señor. Nada. ¡Cúshila, cúshila!, le decía la señora al perrito.
Pero siempre el perrito aguerrido:

—Gua, gua, gua,
Caca de burro se va en el forlón
y estrella de Venus está en el fogón.

El señor se armó atrás. Efectivamente estaba allí María Cenicienta, muy arreglada porque ya la hada ya la veía con un traje primoroso.
Dijo: —Esta sí es.
Ya se puso el zapatito y se fue con él en el coche. Y se fue con él, y se casó con el príncipe. Y luego el príncipe muy disgustado por lo que habían hecho con María. Quería mandar en las noches brutos para que amarraran a la muchacha aquella pero María fue muy buena y le perdonó y dijo que ella les perdonaba, que no tenía mal corazón. Vivió muy feliz con el príncipe y luego protegió a su madrastra y a la hija. Vivieron muy felices.
Y mientras entro por un caño y salgo por otro, el que no me contare otro que le dé patada de un potro.

 

Nº de referencia: 87

Al habla:
Aurelia Arias
(80 años)

Recopilado por:
Stanley L. Robe

Registrado en: Tepatitlán de Morelos (Tepatitlán de Morelos, Jalisco), el 11 / 10 / 1947

Transcrito por: Stanley L. Robe

Ver en el mapa: localidad / sitio de documentación / lugares mencionados

 

Este relato fue publicado en:

 Stanley L. Robe, 1970. Mexican Tales and Legends from Los Altos. Berkeley: University of California Press, núm. 69

Notas
A fairly well developed version of A-T 480 The Spinning Woman by the Spring is followed by A-T 510A Cinderella. The kind girl of A-T 480 is identified with the person of Cinderella. In this tale the presence of Cinderella is revealed by a verse recited by a dog. One notes prominently motif F545.2.1 Gold star (on forehead).

 

Ver los motivos
) -

 

Ver los tipos

480. - The Kind and the Unkind Girls (previously The Spinning- Women by the Spring. The Kind and the Unkind Girls) [Q2].

510A. - Cinderella. (Cenerentola, Cendrillon, Aschenputtel.)

 

Materiales adicionales

 

 

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