Los tres zapatitos

 

Este era un rey que tenía un hijo que estaba encantado y se volvió puerquito. El puerquito le dijo una vez a su padre que se quería casar y su padre, como era rey, le dijo que quién lo había de querer.
Entonces le dijo que permitiera que convidara tres veces a un baile. Entonces el rey fue a convidar a muchas personas y señoritas así para que fueran al baile. Y el puerquito se andaba en el baile. Anduvo así de mesa en mesa y ninguna le gustó.
Entonces le dijo que invitara para otro baile. Al otro baile tampoco ni una le gustó. Anduvo así por todas las mesas y ninguna le gustó. Fue al tercer baile y le dijeron que estaba un hombre que también las hizo muy simpáticas. Entonces le dijo que las llamara y fueron, no las querían dejar. Entonces el padre les dijo que sí, que las dejaran y se las llevaron.
Luego el puerquito anduvo de mesa en mesa y una que traía un vestidito azul le gustó y la agarró del vestido y se la llevó. Entonces le dijo a su padre que esa le gustaba. Y el padre de la muchacha no lo quería porque no lo conocía. Entonces el puerquito dijo que sí, que con esa le tenía que dejar casar.
Entonces se casaron y le dijo que qué prometió para su matrimonio. Entonces dijeron que tres bailes. El puerquito le dijo a la muchacha que de noche se volvería hombre como eran todos y entonces era cuando bailaba pero si decía con quién andaba bailando ya se volvía otra vez puerquito y él nunca la volvería a ver hasta que no se acabara tres zapatos, unos de oro, otros de plata y otros de cobre. La muchacha dijo que no, que no lo volvería a decir.
Entonces el primer baile la vieron bailando con un hombre y la querían matar porque no era su hijo, que su hijo era un puerco. Entonces la muchacha se fue así corriendo y no se dejó. Se fueron a su cuarto y les preguntaron en la noche que qué querían. Dijeron que otro baile.
Entonces en la noche el baile comenzó y otra vez ella siguió bailando con un hombre. Entonces el rey, el padre del hijo, no la quería dejar bailar porque aquel no era su hijo. Entonces la muchacha no quiso decir quién era. Al segundo la querían matar y entonces dijo que era su esposo, que no más había dicho que se iba a volver hombre. Entonces le dijo el puerquito que hasta entonces todo bien y que ahora tenía que ir a la tierra de irás y no volverás, es todo.
Entonces la reina le pidió al rey, le dijo que qué pedía. Entonces dijo que tres zapatos, unos de plata, otros de oro y otros de cobre. Entonces el rey se los llevó y otro día no amaneció la esposa del príncipe.
Entonces la muchacha se fue ande y ande. Se acabó los zapatitos de cobre y luego se fue otra vez andando hasta que se acabó los de plata. Ya con día llegando así estaba una mujer y le dijo que si no sabía dónde era la tierra de irás y no volverás. Entonces le dijo que sí, que su esposo les llevaba carbón allá a esa ciudad.
Entonces le dijo que le dijera que si le hacía el favor de llevarle. Que dijera que era una hija de ella, que para decir que estaban muy pobres. Que la llevara donde ellos para que le dieran trabajo. Entonces el carbonero llegó y luego dijo: —¿De quién es esta señorita?
Dijo: —Quiere ir a la tierra de irás y no volverás.
Dijo: —No. No la puedo llevar porque no más a mí me dejan entrar porque estoy encantado.
Entonces le dijo que le dijera así como ella le había dicho y el hombre dijo que si no le daban trabajo aunque fuera patriado. Dijeron que si a los ocho días nadie da trabajo la despacharían otra vez para su casa. Entonces la muchacha se fue muy triste allí a un cuarto y al otro cuarto estaba su esposo. Entonces esta que le vio entrar. Las criadas se humillaban mucho porque andaba muy desarreglada.
Entonces se fue en la noche y luego que entró en su cuarto y entró la muchacha allá a su cuarto y le puso en el brazo con tinta y le escribió. Le puso:

—En la tierra de irás y no volverás estoy.
Si no me ves ahora, mañana me voy.

Entonces el príncipe otro día que se levantó y se vio así con escritos se desesperó mucho y andaba muy desesperado cuando le preguntaron los de allí que por qué andaba tan desesperado. Entonces dijo lo que le habían escrito en el brazo y que no había salido muy fiel. Entonces le dijeron después que no se cuidara.
Entonces se fue a lavar y otra vez se fue a acostar muy temprano y se hizo las de los dormidos. Entonces entró la muchacha y le puso otra vez, le escribió:

—En la tierra de irás y no volverás estoy.
Si no me ves, mañana me voy.

Entonces el muchacho como se hizo las de los dormidos la abrazó y le dijo: —¿Tú eres mi esposa? ¿Quién te ha dejado venir aquí?
—Luego que me acabe mis zapatitos de cobre, los de plata y ya estos de oro ya acá estoy acabando.
Y entonces le dijo: —Luego les dices a las criadas... Dijo: —¡Aa!
Dijo: —Ahora me voy a ir porque no hay trabajo para mí.
Entonces le dijo: —Diles a las criadas que mañana voy a hacer un paseo para todos y allí está un serpiente de siete cabezas. Si lo matamos, nos vamos otra vez a nuestra casa.
Entonces el príncipe les dijo y otro día muy de mañana se fueron al paseo.
Estaban a las doce de la noche. No más oyen los dos solos. Se fueron en otro lugar y los demás en otro lugar. Entonces ellos con una espadota. Salió el serpiente de siete cabezas y le mocharon las siete en un instante.
Entonces fueron y les dijeron a todas que se fueran todas para sus casas, todas las encantadas, y que ya se había dicho el encantado de su pueblo.
Entonces el muchacho y la muchacha se fueron para su casa y le dieron las gracias al carbonero cuando llegó allí, que estaban todos encantados porque había llegado y le había dicho cómo había sido.
Este es el cuento de los tres zapatitos.

 

Nº de referencia: 78

Al habla:
Sara Castellanos
(15 años)

Recopilado por:
Stanley L. Robe

Registrado en: Mezcala (Tepatitlán de Morelos, Jalisco), el 21 / 11 / 1947

Transcrito por: Stanley L. Robe

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Este relato fue publicado en:

 Stanley L. Robe, 1970. Mexican Tales and Legends from Los Altos. Berkeley: University of California Press, núm. 60

Notas
This tale from Mezcala involves the bride of a prince enchanted as a pig. Consequently I have classified it as A-T 425.

 

Ver los motivos
) -

 

Ver los tipos

425. - The Search for the Lost Husband.

 

Materiales adicionales

 

 

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