Juan, hijo de la burra

 

Este era un señor que tenía un niño en el colegio llamado Juan. Todos los niños del colegio le decían Juan, hijo de la burra, y él se enojaba mucho. Luego un día le pidió mucho dinero a su papá para darles a los niños del colegio. Su papá le dio y luego que él, él vio siempre de que le andan diciendo Juan, hijo de la burra.
Luego le dijo a su papá que le hiciera un horcón de fierro y se lo hicieron.
El otro día al colegio metió un bordonazo a uno y lo mató y se fue. Luego llega con su mamá que le echara gorditas porque ya se iba porque había matado a uno. Se fue.
El niño caminando por un camino hasta llegar a una hacienda y le pidió trabajo a un rey que vivía allí. Le dio trabajo. Le pidió posada, y todos los que dormían en esa pieza al otro día amanecían muertos porque había muchos asustos ahí.
Y en la noche acostó. Y luego oyó una voz que dicía. —Caigo que no caigo. Caigo que no caigo.
Dijo: —¡Caiga, hijo de la fregada! Usted, ¿qué está esperando?
Se cayó y luego los ángeles alrededor del mundo a alabarse y ya, a alabarse y ya. Él también se levantó, y alabarse y ya, a alabarse y ya. Y luego el señor, el difunto, le dijo que allí ande estaba había mucho dinero enterrado en las piezas, se lo sacara y ese dinero era para él, se lo llevara todo y a la señora no le diera nada, a la esposa, que le horcara si fuera así.
Luego se nota que tiene el contrato de los medieros que recogieran, trajieran las mulas para echar el maíz y que les iba a dar una borsita de dinero a cada uno y el que no fuera conformado que no le diera nada. Y luego se fue el señor ahí a traer las mulas y todos fueron conformes.
Y dijo: —Ora cuando iba a traer de mis compañeros para llevármelas. Creo que se han de valerse.
Fueron por un camino donde nadie les dejaba pasar. Llegaron a una puerta y un señor no les quería dejar y a fuerza de trancazos se puede pasar. Llegaron a un potrero y allí se pusieron a darles de comer a sus mulas. Y luego Juan les dijo: —¡Hombre! Se van a caer las tortillas. Eche a cuidar las mulas y yo me voy a traer, a comprar la leña.
Luego otros mataron una vaca para hacer chicharrones. Luego que se estaban haciendo los chicharrones, luego sale un chango de una noria, que decía: —A que me rinde esos chicharroncitos. Y a que me rinde esos chicharroncitos.
—Como piensan ora, ¡hijo de la fregada! Sí.
Luego Juan mete un bordonazo y le tumbó sin sentido. Y luego le dice a sus compañeros: —Amarren, amarren todas las sogas. Que me metan a la noria a ver qué hay adentro.
Luego se metió Juan adentro a la noria y luego incontró con las tres hijas de un rey que tenían allá dentro y luego él les discuenta del changuito, que estaba dormido, y luego lo mató. Y dijo: —No me mates. Con esa rejita que me tumbates te compongo. Es virtud. Dice: —Quédate.
Y luego le dio una soga y sacó una muchacha. Y luego lo volvieron a meter, la soga, y volvió a sacar otra. Otra muchacha había allá dentro y se la llevó ora. Ya va tres con la muchacha y sacó las tres.
Luego los compañeros de él, creo que dejaron a Juan y lo dejaron, lo dejaron caer para la noria. Para la ciudad, allí se llevaron las muchachas. Y luego que les fueron a llevar al rey que dijieron: —Aquí están sus hijas, señor.
Dijo: —Pos, ora cásense con ellas.
Y ellas no querían porque querían casarse con Juan. Querían casarse con Juan y Juan lo habían dejado en la noria y luego Juan dijo: —Reja de virtud. Con la virtud que tú tienes que me saques de esta noria.
Y lo sacó. Y se fue para la ciudad. Allá mandaron hacer las coronas para las hijas del rey. No había quien se las hiciera y buenas.
Y luego hicieron unos toros para que fueran todos a ver si caiba Juan hijo de la burra. Y luego cayó Juan alli a los toros. Y luego las príncipas luego que lo vieron a él en un carro muy elegante, y luego las principas dijieron a su papá que allá andaba, que le agarraran, y mandaron traviar con los soldados allí, las tropas. Y no lo dejaron. No lo querían dejar salir y siempre él se salió.
Y luego ya llegó y que les dijo que allí no había quien les hiciera las coronas iguales.
Dijo: —Señor, yo se las hago.
Y se las hizo igual. Y ya terminé. Colorín, colorado, el cuento está acabado.

 

Nº de referencia: 51

Al habla:
Margarita Alcántar
(21 años)

Recopilado por:
Stanley L. Robe

Registrado en: San Bartolo (Tepatitlán de Morelos, Jalisco), el 7 / 10 / 1947

Transcrito por: Stanley L. Robe

Ver en el mapa: localidad / sitio de documentación / lugares mencionados

 

Este relato fue publicado en:

 Stanley L. Robe, 1970. Mexican Tales and Legends from Los Altos. Berkeley: University of California Press, núm. 33

Notas
In view of the introduction to the tale and the title assigned by the informant, the protagonist of this tale is apparently literally an "hijo de la burra," although there is no episode that explains his origin. In the early part of the tale significant roles are played by motifs E373.1 Money received from ghosts as reward for bravery, and E351, Dead returns to pay money debt. The final task imposed upon Juan, that of making crowns identical to those of the princesses also figures prominently. Cf. A. M. Espinosa, "Westem Hemisphere Versions of Aarne-Thompson 301," Joumal of American Folklore, LXV (1952), 187, and Wilson M. Hudson, "Another Mexican Version of the Story of the Bear's Son," Southern Folklore Quarterly, XV (1951), 152-158.

 

Ver los motivos
) -

 

Ver los tipos

301. - The Three Stolen Princesses. (Including the previous Types 301A and 301B.)

 

Materiales adicionales

 

 

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