[ El coyote y la zorra ]

 

Era una señora que tenía muchas gallinas en un rancho. En ese rancho había otra vecina. Va y le dice: —¿Qué hago? El coyote me está acabando mis gallinas.
Entonces le dice la vecina: —Ve al pueblo y traes cera y haces un mono que lo pegas a la puerta del gallinero.
Entonces va y compra la cera. Hace el mono. Lo pega a la puerta del gallinero y llega el coyote en la madrugada, la zorra. Y le dice: —¿Qué estás haciendo áhi, amigo? Buenos días.
No lo contesta.
—Buenos días, amigo.
No lo vuelve a contestar.
—Si no me contestas te doy una guantada.
Le dio la guantada y se pegó.
—Contéstame, buenos días.
No le vuelve a contestar y le da otra guantada. Entonces le dice: —Si no me despegas te doy una patada;
Le dio la patada y se pegó. Por fin se pegó de las cuatro patas, el hocicón y la cola. Entonces llega la zorra y le dice: —Hermano coyotito, ¿qué estás haciendo áhi?
—Pues, aquí me tiene este mono pegado.
—Mira. Allí por dentro hay muchas gallinas.
Pero como la señora había puesto un perol de agua hirviendo, abre la puerta. Se mete y cae al perol de agua hirviendo. Éste a nade y nade en aquel perol y quemándose, casi muriéndose. Se sale muy asustado.
Entonces la zorra que ve que sale, corre y se esconde. En eso sale el coyote y allí anda por el llano: —¡Cacaú, cacaú, hermana zorrita! ¿Dónde estás?
La zorra, escondida, no salía.
—¡Cacaú, cacaú, hermana zorrita!, ¿en dónde estás?
Por fin sale la zorra: —¿Qué te pasó, hermano coyotito?
Dice —¡Aa, mira! ¡Lo más bueno que hicistes conmigo! Yo con tanta hambre y tú me vas a matar con esta quemada que me di.
—No, mira. No me comas. Vamos. Más delante tengo un queso muy grande que te lo voy a dar, todo, todo que te lo comas. —¿De veras?
—Sí.
—Vamos, pues.
Se fueron. Llegan a una laguna de agua. Y se baja el coyote y le dice: —Míralo. Allí está.
Entonces el coyote se mete a la laguna de agua. Allí anda a nade y nade y nade, imposible poderlo pescar, el queso. Nada. Era la luna que se revelaba en la laguna de agua. Entonces ya, casi ahogado el coyote. Por fin pierde la esperanza y se sale. La zorra que corre y se esconde de vuelta.
—Mira lo malo que me hicistes, hermana zorrita. ¡Cacaú, cacaú!, ¿dónde estás, hermana zorrita?
Pero no contestaba. Escondida estaba, en una piedra.
—¡Cacaú, cacaú, hermana zorrita! ¿En dónde estás? No. Ésta ya, ya se murió o ya se me perdió.
Por fin sale la zorrita: —¿Qué te pasa, hermano coyotito?
—¡Ay! ¡Mira no más! ¡Tan quemado que ando! ¡Y ahora que casi me ahogaste! Ahora sí te voy a comer.
—¡Ay! ¡No me comas! No seas ingrato.
—Sí, sí, te voy a comer.
—Mira, no me comas. Y sabes que en la noche te voy a traer un costal de puras gallinas.
—¿De veras?
—Sí. No me comas.
En eso se va la zorra y se roba un costal de una casa y luego ya llega y estaba una perra con unos perritos. Y llena el costal de perros y en la boca del costal pone dos gallinas. Se va. Allí va que apenas podía con el costal, arrastrándolo.
Cuando el coyote la divisa, dice: —¡Ay! ¡Qué bueno! ¡Qué comida voy a dar de gallinas!
Y llega y le dice: —A ver. Échame una y verás cómo hasta juego con ella. Y luego luego le soltó una y jugando, jugando se la comió. Dice: —Échame otra.
Pues que le echó la otra. Jugando, jugando se la comió también. Muy contento que estaba el coyote con las gallinas. Le dice: —Échamelas todas y verás cómo juego con todas.
—¡Mira! Se te van.
—No, no se me van.
Pues que le vació el costal de perros. Y llegan todos los perros a ladre y ladre y pegan el coyote. Pero el coyote a corre y corre y a grite y grite. Por fin lo dejan. Y en eso pasó a la parte que la zorra se esconde. Luego otra vez el coyote a buscar su hermana zorrita: —¡Cacaú, cacaú, hermana zorrita! ¿Dónde estás?
Ella estaba escondida.
—¡Cacaú, cacaú! Hermana zorrita, ven. ¿En dónde estás? Mira, no te como. Salte. Ven conmigo. Ven a curarme.
En eso sale la zorrita y le dice:—¡Aa! ¡Qué bárbaro! Ahora, sí. Me vas a comer seguramente. Ya no tengo que darte. Dice: —Pero mira. ¡Qué granizal viene y tan fuerte!
—A mí no me hace el granizal. Yo lo que quiero es comerte, pues tengo mucha hambre y vengarme también de lo tanto mal que me has hecho.
—No, mira. No seas malo. Mira. Vamos haciendo una casita y aquí nos escondemos del granizal. Nos podemos defender.
—Pues, que sí.
En esto juntan muchas piedritas que pueden hacer la dicha zacatita.
Pues que ya le dice: —A ver. Métete tú, le dice el coyote a la zorra. —Métete tú, para ver si cabemos los dos.
—No, te vas tú, dice. —Estás muy grande. Y pueda ser de que así los dos, no caben más que, vamos a ver.
Pues, en esto se mete el coyote y va la zorra y agarra una piedra grande. Se la echa encima del coyote y lo aplasta.
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

 

Nº de referencia: 34

Al habla:
María Barba de González
(63 años)

Recopilado por:
Stanley L. Robe

Registrado en: Acatic (Acatic, Jalisco), el 11 / 10 / 1947

Transcrito por: Stanley L. Robe

Ver en el mapa: localidad / sitio de documentación / lugares mencionados

 

Este relato fue publicado en:

 Stanley L. Robe, 1970. Mexican Tales and Legends from Los Altos. Berkeley: University of California Press, núm. 16

Notas

 

Ver los motivos
1) K741 - Capture by tarbaby.
2) J1791.3 - Diving for cheese.
3) K713.1.1 - Animal allows himself to be tied so as to avoid being carried off by storm.

 

Ver los tipos

34. - The Wolf Dives into the Water for Reflected Cheese. (Including the previous Type 34B.)

78A. - Animal Tied Up Because of a Storm (previously Animal Allows Himself to be Tied so as to Avoid Being Carried off by Storm).

154. - The Fox and His Members (previously "Bear-food"). (Including the previous Type 160B*.)

175. - The Tarbaby and the Rabbit.

 

Materiales adicionales

 

 

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