[ Presentaciones ]

 

Berenice: Pues mire, nosotros somos profesores de la UNAM, de la Universidad Nacional Autónoma de México, y hace seis meses la UNAM abrió un campus, aquí Morelia, venimos de Morelia, y nosotros trabajamos con relatos tradición oral, hacemos una revista, se llama La Revista de Literaturas Populares, aquí le traigo un ejemplar para que lo tenga. Y bueno, ahora estamos recopilando relatos sobre el lago y sobre la sirena, y sobre las cosas que pasan en el lago y demás. Entonces, su sobrino, su esposa de su sobrino nos dijeron que usted se sabía muchísimas cosas sobre el lago, ¿no?. Y bueno, que ha visto a la sirena que es así como…
Teresa: No, pues más bien de eso sí, sí pues, le digo que a mí nadie me cree, porque le digo que esa vez le íbamos a trabajar, íbamos a las zarzas que había, zarzamoras, y como antes, todo eso mire, no había luz en ninguna parte había luz, andábamos en la oscuridad, andábamos así, para una cosa de noche con un ocote, andábamos, porque ni lámpara pues, pues una que no teníamos pa comprarla y otra que aquí no había, pus qué pues, pus que hacíamos, con un ocote andábamos. O ya pues tábamos hasta impuestos, andábamos entre lo oscuro, y ya así, ya caminábamos bien. Y ya le digo que, que pus orita ya le digo toda la gente, ya está bien porque ya hay luz, ya hay agua, ya hay las cercas que estábamos afuera como si estuviéramos en la calle, nomás con unas piedras así [mjm]. Y todo, pues, así, bien, así bien pobre el pueblo. No, orita le digo ya la gente que está ya de ora pacá pues, le digo ya están en la gloria, ya tienen agua, tienen luz, tienen televisiones, todo tienen. Y antes nosotros ni siquiera conocíamos, andábamos hasta sin zapatos, ¿cómo cree? [mjm], bien probecillos que andábamos y pues, nuestros papás, pues, no tenían trabajo, pus con qué nos compraban [mjm]. Yo la escuela la dejé porque fíjese que acuerdo que había unas libretitas bien chiquitas y con un leoncito pintado, y apenas nos alcanzaba, pues, ese, ese cuaderno [mjm]. Yo ya mejor me puse a jugar canicas, la matatena. Y mi maestra era tía, no me regañaba, me dejaba que jugara [mjm], y yo juegue y juegue con una amiguita que tenía de Uruapan, y también se llamaba Tere como yo; y pus era nuestro encanto estar con la pelota juegue juegue, así mismo no sé nada leer, en qué pues escribíamos si no teníamos nuestros papás no tenían, pues, para comprarnos [mjm]. No orita le digo, ya ayudas que les dan, becas, y ya les compran su libreta, así mismo yo me quedé sin, le digo, ahora sí como un burrito, no sé, pues, nada. Y yo a veces les platico, y les digo: “Ay, pues si les digo una cosa que no, les digo, pues a, que este que, a lo mejor les digo una cosa mal porque no sé yo qué contiene pues aquella palabra. Y así me pongo a platicar, pues, con los señores aquí.

 

Nº de referencia: 311

Al habla:
María Teresa Melchor Moya
(72 años)

Recopilado por:
Berenice Granados Vázquez
Santiago Cortés Hernández

Registrado en: Zirahuén (Salvador Escalante, Michoacán), el 25 / 1 / 2013

Transcrito por: Berenice Granados Vázquez

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