La muchacha que perseguían los duendes

 

Pues sí, esta historia de... de los duendes, que este había una muchacha que la perseguían mucho. No se sabe si era por bien o por mal pero ahí tiene que... ande iba a comer, ponía su plato allí le caía porquería, le caía piedra, le caía basura, lo que hobiera. En las esquinas que tenía sus santos, ponía sus veladoras prendidas y veía usted que las volteaban. Nada más caían los vasos, volteados en la cama, dondequiera.
Si se iba la muchacha a echar tortillas le quitaban la masa y la aventaban.
No veía nada ella pero veía que la masa se caía. Le ponían en el metate porquería. La seguían... la iban apedreando. Había erizos, una mata de erizo y allí estaba parada y de allí le caían los erizos. La golpeaban. ¡Vaya!, le pegaban. Y esa muchacha ya no sabía qué hacer.
Sus papases la arrinconaban, la rodeaban de toda la gente que iba una vez y ahí le caían de encima las piedras, le caía porquería... la cuestión que no la dejaban en paz.
Y ahí tiene que pos tuvieron que quitarla de allí, y a donde iba la seguían. No había lugar que no la siguieran. Esa es la historia de los duendes, hasta que quién sabe qué cosa haría que tuvieron que retirarla. Ya se la llevaron lejos. Ya no supimos más.
S. L. R: ¿Esto fue aquí en Coatepec?
C. O. de Martín: Aquí en Coatepec, aquí en el Cerro de las Culebras.

 

Nº de referencia: 295

Al habla:
Consuelo Olmos de Martín
(50 años)

Recopilado por:
Stanley L. Robe

Registrado en: Coatepec (Coatepec, Veracruz), el 13 / 8 / 1965

Transcrito por: Stanley L. Robe

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Este relato fue publicado en:

 Stanley L. Robe, 1971. Mexican Tales and Legends from Veracruz. Berkeley: University of California Press, núm. 58

Notas
The activities of the duendes narrated in this tale are conventional and resemble those cited by Valentín F. Frías in the notes to No. 54. Mrs. Martín commented that the family concerned here lived on the slope of the Cerro de las Culebras, the hill from which Coatepec derives its name. In the conversation that followed the narration of this tale, Reynaldo Suárez Morales gave further information concerning troublesome actions of duendes in Coatepec. In one section of the town, stones rained down continuously for a number of days. The residents were unable to determine the source but attributed the activities to duendes. Finally, the situation reached the point where the local and federal authorities intervened. They called in soldiers, who surrounded the part of the town where the stones were falling and then gradually closed in. Nevertheless stones continued to rain down, even among the soldiers. They were unable to find the duendes who were thought to be throwing the stones. Arturo Escobar Uribe, Mitos de Antioquia (Bogotá, 1950), p. 193, cites a case from Bogotá in which soldiers were sent to a house to shoot in the direction from which stones were being thrown, supposedly by duendes.

 

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