Caso de la llorona en Coatepec

 

Este... voy a relatar [un] caso que le pasó a mi mamá siendo muy joven. La misma persona va a relatar que es este... Refugio Olmos de Alemán.
Este... sucedió que en esos... este... mi mamá presentía cuando le iba a pasar algo. Entonces una mañana que tenía... este... pues eran de clase humilde y tenían necesidad de trabajar y salían temprano y entonces al levantarse y este... y al decirle pues ya desayunaste todo eso, le dice a mi... a su, a su mamá, ora mi abuelita, ¿verdad?, le dice este: -Fíjate, dice. - Como que no quiero trabajar ahora.
Dice: -Como no. Dice: -¿Qué tienes?
-¡Ay!, dice. -Yo siento algo como que va a pasar.
Dice: -No, dice, este... Dice: -No hagas caso. Siempre tú con tus supersticiones. Dice: -Parece por la de malas hasta sucede. Dice: -Vente.
Dice: -¡Bueno!
Y se fueron. Se fueron a trabajar, pero así en el trayecto del camino... no, no, no hablaba y su hermana le decía. Dice: -¡Ora, ándale! Porque mi mamá se llamaba Julia. Dice: -Ora, Julia, dice. - ¿Por qué no platicas?
Dice: -No, dice. - Que siento muy feo. No sé qué es lo que me va a pasar. Dice: -Al llegar... Dice: -que estoy pensando que al llegar del regreso del trabajo voy a llegar este... a arreglarme un vestido negro.
Dice: -¡Uuuu! Dice: - Ya vas a, ya vas a empezar con tus cosas.
Dice: -No.
Y así efectivamente trabajó pero a eso de a mediodía, porque tenía que regresar y ya como que no no no no no tenía apetito, no tenía apetito.
Y entonces dice su mamá, dice este... mi abuelita, dice: -Ándale, vente Julia. Vente a comer.
Dice: -No, no tengo hambre.
Directamente llegó a coger el vestido negro. Lo estuvo contemplando y lo tira en la cama y ella también se tira. Dice: -No, no tengo hambre.
Y entonces estaba quedando como media, pos, dormida por falta de alimento y lo que sentía el presentimiento que sentía, que no sabía qué era, que estaba quedando dormida como a eso de las cinco de la tarde. Ya, ps, ya tarde. Entonces este... oye gritos que le decían: -¡Tía Polo, tía Polo! Le gritaban a mi abuelita. -¡Tía Polo!, decía este... que empiezan los gritos y entonces mi mamá como que se sabresaltó y brinca de la cama.
Dice: -¿Qué cosa pasa?
Y reconoce que era su prima. Dice: -¡Oye! Dice este... ¿qué le pasaría? Y entonces al levantarse jala el vestido negro y se lo pone y entonces encuentra a la que iba gritando, que le dice: -¡Fíjate, Julia, dice este, -que mataron a Lucio! Pero ya cuando salía ya venía de negro.
Dice: -Ándale, vamos. Vamos a ver qué hacemos orita. Y entonces en el trayecto del camino ya para llegar a su casa de... de la doliente aquella, ¿verdad?, le dice este... llegue: -¿Y le dieron el cadáver?
Dice: -No, no nos lo han dado ya.
-Entonces vamos a arreglar que lo velen, a ver si es tiempo de velarlo ahora.
Y así hicieron y se fueron y este... Ya arreglaron luego porque les dieron el cadáver, para que lo velaran ese mismo día porque por aquí se velan a los difuntos en sus casas. Y se fueron. Entonces esta ya a traer el cadáver ya para su casa pues ya de ahí este... lo depositaron y ya lo trajeron en su casa y entre todas las cosas. Y le dice mi mamá a las dolientas, dice: -Miren. Si quieren, dice, vamos a traer este... pos, las cosas de recaudo para a, atender a la... porque aquí se compran café, de pan, cigarros, aguardiente y esas cositas para atender a los que acompañan en los velorios, para darles en todo, en trayecto de la noche.
Y se, se fueron. Y entonces al salirse, pos, ya este... pos ya para esas cosas, pos ya era noche, ¿verdad?, ya de siete u ocho de la noche y ya se vinieron a hacer las compras y ya de regreso tenían que pasar por una bajadita y como era, pos francamente era el rancho allí donde vivían, pues eran fincas de un lado y fincas de otro. Y este... tenía que pasar ya de regreso como les digo y tenían que pasar por esa bajadita, ¿verdad?, y entonces este... del grupo con que iban con mi mamá quién sabe quién se le ocurrió gritar a las que iban adelante. Dice: -No corran, dice, -que se les va a aparecer la llorona.
Y entonces este... mi mamá voltea así para elindir [?], como ya estaba oscuro. Ve un bulto y dice: -De veras. Mírenle a esta.
Pero los de adelante no se dieron cuenta si efectivamente era o no era. Y mi mamá les dice a los demás que la acompañan, dice este... dice: -¿Ya saben qué voy a hacer ahorita? Dice: -Le voy a pasar diciendo, -¡Buenas noches, señora! Y que así lo hizo.
Faltaban unos cuantos metros para llegar a donde veía aquel bulto, de blanco, y le dice este... -¡Buenas noches, señora! Y al ver que no le respondía entonces nota que iba arriba del, del piso como volando aquella... aquel
bulto. Y entonces dice: -¡Ay!, dice. -¡Ave María Purísima! ¡Si le hablé a la llorona! Dice: -Sí, esa es.
Y entonces caminan aprisa y dicen los demás, dice: -Dejan sorprendemos un cigarro. Yo me voy a hacer un trago de aguardiente de los que llevamos aquí. Dice: -¡Ay! Dice: -¡Caminen aprisa! Dice: -Vamos a alcanzar los que van adelante! Dice: -¡Pobres que se espantaron! Ni la vieron y este... y nosotros sí. Efectivamente la vimos.
Entonces todavía mi mamá como era fuerte de espíritu dice: -Espérate. Voy a ver para dónde coge.
Y entonces para a medio, a medio tramo de aquella calle, de aquella bajadita este... y voltea y entonces nota que se da la vuelta a una finca, a una finca que daba para el río y oyen el grito desgarrador, aquel ¡ay!, pero largo, ¿verdad?, que gritan: -¡Ay, mis hijos!
Y entonces dice mi mamá: -¡Oye! Efectivamente es la llorona. Vamos aprisa.
Y al llegar, pos ya cuando quisieron alcanzar a las que iban adelante, ¿verdad?, pos ya las encontraron que estaban arrojando sangre por la nariz y la boca, porque este era un susto espantoso. Y entonces mi mamá dice este...: -¡Ay! Dice este...: -¡Ay! Dice este...: -¡Ay! Que tomaste algo, dice, -porque este... de veras que llevamos susto.
Bueno, y así pasaron... transcurrieron todo el tiempo del velorio no más discutiendo de eso de la llorona.
Y ya al otro día como el cadáver se los habían dado este... con la comisión que lo llevara, lo llevaron a la, a la... esa autopsia de rigor, ¿verdad? Este... lo tuvieron que llevar. Y ya al otro día al llevarlo a la autopsia entonces les llamó el médico legista, ¿verdad?, de allí del... y les dijo, pos algún doliente que tuviera más valor de ver al cadáver, ¿verdad?, aquel asesinado este... al ver pos que, pos sus primas, las dolientas eran, pos, no aguantaban al ver al cadáver, se acercó ella y entonces le dice: -Mire Vd., señorita. Vamos a... Mire Vd. cómo está este, el señor.
Y entonces como era, pos, velludo el difunto, ¿verdad?, al levantarle la camisa le notaron que tenía como si le hubieran marcado cuadros de machetazos en la forma como lo mataron. Bueno. Y entonces le ve mi mamá que las manos tal parece que le habían rayado las manos con lápiz pero eran machetazos. Se defendía, tal vez se quitaba la... ¿verdad?, con las manos para quitarse los machetazos pero y entonces este... y le dice el médico: -Mire Vd.
Le levanta la camisa y entonces notan que era este... se le crispaban los vellos al difunto. Y dice: -No. No. Es imposible hacer la autopsia. Cúbranlo. Dice: -Este hombre murió inocente.
Y no le hicieron autopsia. Y así pasó este relato de, pos, donde, pos, el asesinato y a la vez vieron la llorona.

 

Nº de referencia: 288

Al habla:
Refugio Olmos de Alemán
(33 años)

Recopilado por:
Stanley L. Robe

Registrado en: Coatepec (Coatepec, Veracruz), el 13 / 8 / 1965

Transcrito por: Stanley L. Robe

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Este relato fue publicado en:

 Stanley L. Robe, 1971. Mexican Tales and Legends from Veracruz. Berkeley: University of California Press, núm. 51

Notas
Only a portion of this narrative is devoted to the actual appearance of the llorona. The informant is keenly aware of the charged emotional atmosphere in which her mother encountered the apparition and wisely devoted a considerable portion of her narrative to relating the events that preceded the encounter; the premonition of death, the news of the relative's murder by machete blows, and the detailed preparations for the wake. The events are narrated with obvious feeling by the informant but unfortunately it cannot be reflected entirely in the printed text.

 

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