Los tres puerquitos

 

Que éste era una puerca y tenía tres puerquitos y una vez les dijo su... la puerca: —Pues, hijos. Váyanse a ver qué Dios les da. Yo no tengo con qué mantenerles.
Y luego agarraron los tres su camino y el blanco se encontró un señor con zacate y le dijo: —¡Ay, señor! ¿No me hace el favor de darme ese zacate para hacer mi casita? Para que el lobo no me coma.
—Sí, ándale pues.
Y ése fue al campo y la hizo. Y luego... y le puso candado. Luego llegó el coyote y le dijo: —Ábreme.
—No te abro.
—Que me abras.
—Que no te abro.
—Que me abras.
—Que no te abro.
Y luego le dijo: —Pos, pos me caigo, pos... me caigo por el fogón a pescarte. Y luego tenía un cazo hirviendo de agua y se cayó y se... el lobo y se cayó en el agua que estaba hirviendo y se coció. Y luego se salió el blanco y luego el negro se encontró un hombre con teja. Y le dijo: —¡Ay, señor! ¿No me hace favor de darme esa teja para hacer mi casa? Para que el lobo no me coma.
—Sí, ándale pues. Agárrala.
Y hizo su casa y llegó el lobo y luego le dijo: —¡Abreme!
—Que no te abro.
—Que me abras.
—Que no te abro.
Y luego dijo: —Pero, pos me caigo por el fogón a pescarte.
Y se cayó. Y luego el otro no halló nada que... nada con que librarse, y se lo comió.
Y luego el puerquito se halló... se halló un hombre con madera y le dijo: —¡Ay, señor! ¿No me hace favor de darme esa madera pa... pa’ que el lobo no me coma?
—Sí agárrala.
Y se fue y hizo su casa y luego llegó el lobo y le dijo: —Ábreme.
—Que no te abro.
Luego dijo el lobo: —¡Aa, pues mira! Mañana vamos allá a una huerta de lechuga. Mañana como a las tres vengo.
—Sí ándele pues.
Se fue y luego el cochino entonces como a la una se fue y trajo la lechuga y ya se encerró. Y llegó el lobo: —Cochinito, nos vamos.
—No, no. Pues mira. Yo ya traje mis lechugas. No, pos, yo no me voy.
Y luego le dijo: —¡Aa, pos mañana vamos a las fresas! Como a la una vengo.
—Ándale pues.
Y luego el cochinito se fue como a las once. Fue a las fresas y ya llegó el coyote... la zorra a su casa y le dijo. Y luego tocó y nadie estaba y fue al árbol de las fresas y se lo encontró en el árbol. Y luego dijo: —Ora sí, cochinito, que te voy a comer.
Y luego el cochinito se le cayó una fresa y, y luego ya... el lobo se fue y la agarró y el... y mientras se bajó del árbol y se fue para su casa. Y así fue como se pudo librar y ya se acabó.

 

Nº de referencia: 28

Al habla:
Hermelinda Castellanos
(12 años)

Recopilado por:
Stanley L. Robe

Registrado en: Pegueros (Tepatitlán de Morelos, Jalisco), el 29 / 10 / 1947

Transcrito por: Stanley L. Robe

Ver en el mapa: localidad / sitio de documentación / lugares mencionados

 

Este relato fue publicado en:

 Stanley L. Robe, 1970. Mexican Tales and Legends from Los Altos. Berkeley: University of California Press, núm. 10

Notas

 

Ver los motivos
) -

 

Ver los tipos

124. - Blowing the House In [Z81]. (Including the previous Type 124A*.)

 

Materiales adicionales

 

 

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