José Bailón

 

En Pinoltepeque había un dicho José Bailón. Cuando se prencipió las contralidades de las revoluciones que querían los ustriacos, los zuavos, los gringos, los españoles y este... los gentiles tomar... y Mejía y Miramón que querían tomar la República Mexicana. ¿Mm?
Entons tenía José Bailón cincuenta y tres años, hombre de mucha eneregía, y se puso al frente con unos tres que lo acompañaban a matarlo que podían y se... y lo hacían criminal. Los llevaban a la cárcel y cerrando la ho... la reja, la cárcel, ya estaba él afuera. Porque tenía... ‘taba ayudado con Patas Largas, el diablo. Estaba bien ayudado, completamente, y ese no más se lo metían adentro, lo hacían criminal, y todo lo que hacía, y cuando cerraban ya estaba detrás de los otros y no lo vían.
Y ese solicitaba a los mandones veinte o treinta y un escuadrón pa’ dir a matar a la Bailona. Él era, y ese se cambiaba en varios, de varios modos su ropa y se los sacaba afuera y los degollaba. Así que ya se cansaban completamente que no podían hacerlo criminal. Le facilitaron una mujer de allá de Estados Unidos del... que estaba aquí. Estaba la lumbre viendo, ¡vaya! Y se la echó... este... en la silla y lleva en ancas. Y estaban las avanzadas y la mujer aquella empezó a gritar: —¡Me lleva la Bailona! ¡Me roba la Bailona!
Enton’s sacó una daga y la estacó y allí la dejó tirada y se ausentó y se jue y nunca lo pudieron localizar a José Bailón, de Pinoltepec. ¡Bueno!
Una vez que se tranzó un poco ya las contralidades contra México ondequiera salía y devisaban que andaba un compañero con él... que era su fuerza, ¡vaya!, guardaespaldas del Satanás, del diablo. Y ya este le decía: —¡Vámonos!
Porque se estaba yendo el término. —Y ya quiero que te vayas conmigo.
Y ya le decía. —Espérame. El tiempo se llegará.
Y ese solicitó a los sacerdotes, a los obispos, arzobispos. Y no lo pudieron osolver. ¡Nadien! Lo que no llegaba al poder para solverlo, y ya un arzobispo le dijo: —¡Mira, José! Tú con el poder que tienes, dando una manchicuepa di aquí al revés cais en la parroquia, el Santo Papa de Roma. Y con la mesma te vienes, porque el término se te llega y se va a perder esa alma.
Así lo hizo. Y ya di allá este... Lo hizo y cayó allá. Ya el Santo Papa lo osolvió y se vino y le dio su reliquia y le dio una santa cruz onde Cristo fue crucificado, haciendo la semejanza que la había de cargar un año para que alcanzara perdón y indulto y se salvara su alma porque si no, sería condenado pa’ eterna memoria. Y que cuando ya iba a terminar el año este... debía botar en la barranca más profunda porque haga de cuenta... Pinoltepec para allá en el río es toda una barranca. Es un cantil, muy alto, y que no voltiara para atrás.
Y este anduvo y sufrió y sufrió y le decía el Judas: —Quítate esos mecates que me estorban pa’ darte la mano. Salúdame. Sí, ya se llegará el día que me saludes y no te canses.
Y así que se llegó el tiempo. Fue a botar la santa cruz a esa barranca y siempre la tentación. Oyó muy temeroso como un huracán que venía por la barranca para on‘taba él. Y llegando al bordo y bota la, la santa cruz p’al barranco, pa’ abajo y todavía le... en este vacío de aquí todo le pintó los cinco dedos tantito, que si voltea como es natural se los lleva y allí siguió sufriendo y vino amor...
La primera mujer que tuvo la jue a enterrar al camposanto. La fueron a enterrar y la iba a sacar y la metía bajo de su cama. Se llamaba Celestina Barrientos. ¿Eh? Y para... después pa’ vengarse, la jue a colocar en un roble hueco, allí jue a colocar todos los restos y todo.
Y se le venció su término y murió en su cama como natural. Y no hubo nada de que la caja rechinara en nada, como fue natural. ¿Qué dice usted de eso? Como no se ha conocido en México otro como ese hombre. Ese fue sonado y valiente y nunca le empezaron a asentar en el cuero, como pocos. Satanás ayuda. Acompaña pero no ayuda.
¡Noooo! Porque ha habido hombres que los matan. Que a ese Agapito Vela lo mataron completamente, a puñaladas, estacadas con machetes y todo y le agarran en el pescuezo, porque también estaba ayudado. Por eso los ve usted. Están mortales, están muriendo y todavía los tienta y que tienen ánimo. ¡Pero ya no!

 

Nº de referencia: 265

Al habla:
Sebastián Morales
(77 años)

Recopilado por:
Stanley L. Robe

Registrado en: Xalapa-Enríquez (Xalapa, Veracruz), el 9 / 8 / 1965

Transcrito por: Stanley L. Robe

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Este relato fue publicado en:

 Stanley L. Robe, 1971. Mexican Tales and Legends from Veracruz. Berkeley: University of California Press, núm. 29

Notas
It is difficult to determine the period in which these incidents are supposed to have occurred. The informant, who at best is only semiliterate, does not possess a clear concept of the chronology of the history of Mexico, as evidenced by the introduction to the narrative. Neither is it possible to determine whether José Bailón was a historical figure of some stature throughout the state of Veracruz or whether his popular renown is limited to rural sections of the municipality of Emiliano Zapata between Jalapa and Veracruz. The latter statement is more likely, because Bailón does not figure in published histories of the state. Nevertheless, the informant holds José Bailón in high esteem because of his bravery and his having evaded successfully the conditions of his pact with the devil. The informant uses at more than one point the term ayudado "one who is in league with the devil." Within its regional and social limits, the legend has some heroic figures: the devil accompanying José Bailón wherever he goes, warding off his enemies; the magical flight to Rome to be absolved of his alliance with Satan; and the cross that he bore as penance and finally threw into the canyon near Pinoltepeque amid hurricane conditions. The supernatural charge is enhanced by Bailón's keeping his wife's remains under his bed and finally depositing them in a hollow oak tree. Despite these adventures, José Bailón died in bed and when he died his coffin did not creak [E411.9]. Sebastián Morales cites the case of one Agapito Vela, who also had an alliance with the devil, but unlike Bailón, met a violent death. Nicknames have their place in this narrative. Morales refers to Satan as Patas Largas "long feet," one of the popular designations of the devil in Mexico and an indication of the folk belief that the devil is endowed with unusual feet [G303.4.5]. The informant commented to me (not during the recorded narrative) that José Bailón was widely known by his nickname "El pinolillo." In Mexico pinolillo is a popular drink made of toasted corn flour, chocolate, cinnamon, and other spices, dissolved in water. Possibly the nickname derives from the first element of Pinoltepeque (or Pinoltepec), a community of 229 inhahitants of the municipality of Emiliano Zapata and the residence of José Bailón. This place name of Nahuatl derivation means literally "hill of the pinole or pinolillo."

 

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