Los seis cabritos

 

Había en un rancho un... un señor que tenía unas cabras. Por supuesto la cabra la tenía muy consentida ¿verdad? Y la cabra era tan curiosa que un día le dice... tenía seis hijos... les dice: —Miren, hijos. Voy a salir como de costumbre. No le vayan a abrir la puerta a nadie. Ya saben que hasta que no vuelva yo.
Pues, se fue la cabra y estaba el lobo cercas de allí. Tan luego como vio que salió la cabra de la casa donde tenía a los hijos se aproximó para ver en qué forma entraba para comerse el lobo... para comerse a los cabritos. Llegó y tocó a la puerta. Contestaron ellos: —¿Quién es?
Y el lobo dijo con voz áspera, como él hablaba: —Soy mamá cabra. Dice: —Traigo unos costalitos de alfalfa y algunas legumbres para comer, hijitos. Ábranme. No que... no me hagan esperar.
Y el lobo no se fijó y arrimó el pie a la... a la puerta y los cabritos por debajo le vieron la... la mano ¿verdad?, muy peluda. Y le dicen los cabritos: —¡No, hombre! Mi mamá no... no habla con esa voz tan áspera. Mi mamá no tiene patas de diablo, dice.
Y el lobo se quedó pensando en que, pos, haber echado mentiras allí, que no había pegado lo que... lo que él intentaba ¿verdad? De a tiro enojado dice: —¡Ay, qué caray! Ahoy voy a ver cómo lo hago, en otra ocasión en que salga la mamá.
Bueno. Otro día les dice la mamá a los cabritos, dice: —Miren. Voy a salir de vuelta. No vayan, ya tengo dicho que no le abran la puerta a nadie menos de que no sea yo.
—Está bien, mamá. Y no creas que somos tan tontos.
Bueno. Ya salió la cabra y se fue. El lobo ya estaba esperando, pero como la otra vez anterior no había podido entrar éste se agarró idiando y pensando en qué forma tenía que entrar. Y que le vino a la cabeza el relajo aquel que le dijieron los cabritos que su mamá no tenía manos de diablo. Y fue con un panadero y le dijo que... que le diera un golpe en esa mano, que si no le hace el favor de ponerle una, una poca de levadura. Y el panadero, pos, tan luego como le dijo eso, pensó que era alguna hechuría que iba a hacer el lobo. Pensaba matarlo no más que el cuchillo le quedaba muy retirado allí en el amasijo y como el lobo estaba allí creó que el lobo lo mordería o lo mataría. Prefirió dejarlo mejor para otra ocasión también el panadero. Pues ya se fue el lobo, ¿verdad?, y como ya había salido la mamá cabra de los cabritos, llega y toca a la puerta. Contestaron los cabritos: —¿Quién?
Y él con una voz muy fingida, imitando a la de la mamá, dice: —Soy mamá, que ahoy traigo un saco de trigo y legumbres para que comamos. Ábranme la puerta.
Y él, como la anterior había arrimado la mano a la puerta... le habían visto por debajo, ¿verdad?... pos arrimó la mano y le vieron ellos la mano blanca. Bueno. Entonces éste, tan luego como éste entró, estaba el cabrito grande allí en la, en la mera puerta, como el que le abrió él fue el primero que se comió. Los demás corrieron a esconderse. Unos se metieron al lavadero, otros a la cocina, y en distintas partes. Y el mero chiquillo, que fue el sexto, está... se metió en la caja del reloj. Pos, se comió aquellos cinco y como no encontró nada más se llenó. Ya se fue... a dormir a un árbol cercas que estaba allí de la casa.
Pos, cuando vuelve la mamá, que luego que llega ve la puerta abierta, ve todo en desorden, todos los ... muebles, todo lo que tenían allí voltiado y que se asusta ella y comienza a gritar que dónde están sus hijitos, y unos lamentos. Pues muy horrorizada ella, muy triste, pues, por la falta de sus hijos, pero allá responde el más chiquillo, que estaba en la caja del reló: —Acá estoy yo.
Y ya jue ella y con trabajo lo sacó de la caja del reló y le preguntó que ónde estaban los demás. Dice: —Pos vino el lobo y se los comió. —Hijo, pos ¿a ónde se fue el lobo?, dice.
—Pos, el lobo está por áhi cerca. Yo creo que ha de estar por áhi en el árbol.
La mamá llorando y como quiera dijo: —¡Hombre! ¡Tráite el cuchillo! Muy enojada. Ya salió ella y el cabrito, ¿verdad?, a ver ón ‘taba el lobo.
Llegaron y estaba el lobo al pie de un ... del árbol que estaba áhi cerca de la casa. Y estaba dormido, como estaba él muy lleno. Se durmió. Y fue la mamá de los cabritos. Con el cuchillo le rompió la panza y fue sacando de uno por uno y cuál fue su sorpresa que todavía estaban vivos ellos. Ya que sacó el último entonces cosió la panza del lobo y antes de coserla se metió unas piedras. Le llenó el estómago de piedras al lobo. Pues, el lobo siguió dormido. No sintió nada.
Ya se vino la mamá acá con todos sus hijitos, recontenta y llegaba detrás de ellos cantando y se elogiaba de aquel triunfo que habían tenido, que le habían ganado al lobo. Esa vez comienza el lobo... dispierta con mucha sed y oye la canción y la algarabía que tenían allá los cabritos y la mamá y solo y le llama la atención, pues, de que él había comido los cinco cabritos, hijos de la cabra, que era, pues, lo que... que eran, pues, aquello. Y se fue a buscar el tanque que estaba cerca de allí.
Y los cabritos allá recontentos, cenando ya con la alegría, pues, de que no se los había comido el lobo. No habían muerto. Ya estaban ellos cenando cuando el lobo se agachó a tomar agua y al agacharse como le pesaban mucho las piedras se fue de cabeza al estanque y luego le dice... le dice... le dicen los cabritos... dicen: —¡Aa! ¿Oyen aquel ruidazo? ¿Qué sería? Vamos a ver.
Ya fueron y se asomaron y su sorpresa fue que el lobo estaba allí hogado ya en el estanque. Ya de gusto agarraron cantando ellos que pos vieron, pues, que ya había muerto el enemigo que a ellos tanto les combatía y que eran libres todos los hijos. Siguieron viviendo muy felices los cabritos allí en su casa, muy contentos con su mamá.

 

Nº de referencia: 26

Al habla:
Pedro González
(26 años)

Recopilado por:
Stanley L. Robe

Registrado en: Acatic (Acatic, Jalisco), el 16 / 11 / 1947

Transcrito por: Stanley L. Robe

Ver en el mapa: localidad / sitio de documentación / lugares mencionados

 

Este relato fue publicado en:

 Stanley L. Robe, 1970. Mexican Tales and Legends from Los Altos. Berkeley: University of California Press, núm. 8

Notas

 

Ver los motivos
1) J144 - Well-trained kid does not open to wolf.
2) K1839.1 - Wolf puts flour on his paw to disguise himself.
3) F913 - Victims rescued from swallower‘s belly.
4) Q426 - Wolf cut open and filled with stones as punishment.

 

Ver los tipos

123. - The Wolf and the Kids.

 

Materiales adicionales

 

 

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