El coyote

 

Había una vez un pobre coyote que ya tenía como ocho días que no podía comer porque no encontraba qué. Una vez andando él por la orilla del río se encontró una puerquita con ocho puerquitos. Y le dijo: —¡Aaay, hermana puerquita! ¡Ora sí que te como porque te como porque yo tengo mucha hambre!
—¡Aaa, qué bárbaro! ¡Y has de saber además de eso, qué bruto!
—¿Qué tendré yo de bruto?
—¿Que no sabes que mis hijos no están bautizados? Si van al limbo tú tienes la culpa.
—¡Aa, pos entonces yo seré el padrino!, le dice el coyote. Se los llevan a bautizar.
—¿Cómo quiere que les ponga?
—¡Aa! Pos, tú sabrás, un nombre bonito.
—Bueno. A éste le voy a poner El Diablito, a éste Cariblanco. A éste le voy a poner .... ¡Aa! ¡No sé qué le voy a poner al otro!
Cuando habían sido bautizados todos, los acomodó en la orilla del río y le dijo: —Bueno, comadre. ¡Ahora sí me como a mis ahijados!
Pero que la puerca en vez de contestarle le dio una plantada y le aventó en las aguas del río. Allá el pobre coyote muy golpeado. Ya cuando aquello que casi ni sentía los huesos. Pero allá en la orilla del río se encontró dos chivos, un chivo prieto y un güero. Y él les dijo: —¡Ay, hermanos chivitos! ¡Ora sí me los como porque tengo mucha hambre!
—Sí, sí, le dijo uno de ellos. —Pero sabes que estamos arreglando una cosa muy importante. ¿Quieres ayudar? ¿Quieres?
—Sí, con la condición de que me he de comer uno de ustedes después.
—¡Cómo no! Y hasta los dos juntos.
—Ándale pues.
El chivo prieto que era un poco más pícaro le guiñó el ojo al blanco y le dijo: —Allá a una distancia áhi.
Y ¡zas! Entonces se retiraron. El pobre coyote se quedó parado contra un mezquite. Los chivos se retiraron ahí a una distancia y al llegar contra el pobre coyote, ¡zas! Que le juntan las costillas y se... Y se fueron corriendo. El coyote más dolorido todavia siguió caminando. Llegó junto a un arbolito donde estaba una zorrita. Y le dijo: —¡Ay, hermana zorrita! ¡Ora sí te como porque te como! Yo tengo mucha hambre.
—¡Ay, sí, coyotito! Sí me comes, pero sabes que yo soy más buena que tú.
Al cabo es que va a caer una granizada tremenda. Yo que soy chiquitita dondequiera me meto, pero tú, ¡pobrecito! Mira. ¡Te vas a morir! Métete en este costal. ¿Ee?
—¡Ándale pues!
—Y, ¿qué vas a hacer conmigo?
—Pues, te voy a defender del granizo.
La pícara zorra lo metió en el costal, lo colgó del mezquite, juntó muchas piedras y ¡zas, zas!, que le da sus buenas pedradas. El pobre coyote adentro del costal se acuesta de un lado para otro. Se cayó y se salió. ¡ Mmmm! La zorra corrió con la cola esponjada y se fue a una peñita. Y luego se puso a detenerla.
Y le dijo el coyote: —¡Ora sí te como porque te como!
—¡Hombre, no! ¡Mira! ¡Espérate! Esta peña se está cayendo. Yo creo que si cae me apachurro. Pero tú, pues detenla mientras vengo. Voy a hablarle a mi compadre el burro que está más grandote para que te ayude.
—¡Ándale pues!
Luego el coyote se puso a detener la peña. Ya le estaban temblando las piernas y las manos también cuando dijo: —¡Mmm! ¡Esta me hizo tarugo!
Se salió a corre y corre. Se la halló allá en la orilla del río, en un pozo. Allí en el pocito se estaba retratando la luna. Y luego le dijo: —¡Ora sí te como porque te como!
—¡No, no, no, coyotito! ¡Mira! Allí hay un quesote retebueno. Ayúdame a sacarlo. No más áhi que tomamos el agua y el queso es la merienda y nos vamos.
Entonces le dijo el coyote: —Y ¿qué tengo que hacer?
—Pues, nada menos que tomarte el agua.
Entonces el coyote tomó y tomó agua y ya se le reventaba la panza, pero como la zorra ya se había ido pensó que allá no era más que la luna. Corrió a buscarla. Entonces halló la zorra junto a un guaricho, de avispas bravas. Luego le dijo: —¡Ay, coyotito, no me comas! ¡Mira lo que me encontré, el chiquihuite de las tortillas! ¡Anda, bájatelo!
Entonces el coyote que le dio manazos al guaricho y que le pican todas las avispas. ¡Uu! Se le hincharon la cara, el hocico y luego los ojos. Ya no podía ni ver. La zorrita corrió y se metió a un agujero de mazorca. Luego va el coyote y la sacó de allí a rasguños. Le dijo: —¡Espera, maldita zorra, que ora sí que te como porque te como!
—¡No, ya no!, le dijo... —No. Pues yo te quiero llevar con mi compadre el cuervo que te quiere llevar a conocer el cielo. ¿Qué dices? ¿No quieres ir? ¡Fíjate si San Pedro te abre las puertas, ¡zas!, pa dentro y áhi te quedas! ¿A qué viene ya el mundo? No seas tarugo.
Bueno. Dijo: —Dices bien.
Entonces llegó el cuervito. Pero el cuervo era muy amigo del coyote y quiso vengar a las... lo que había hecho la zorra. —Luego zorrita. Eres la que vas al cielo. Luego le dijo: —Agárrate zorrita, porque ya vamos a llegar al cielo.
Le dio una sacudida y ¡puumm!, que cae la pobre zorra. Entonces le dijo: —¡Ay, coyotito! Dice: —Debe prestar tu mamá, mi madre, pos, al cielo. Dice:—Por áhi voy. Tú y yo tenemos que arreglar una cuenta, ¿no te parece?
—Ándale, cómo no, dijo el coyote, creyendo que ya la zorra tan magullada no iba a hacer de las suyas.
Dijo: —Lo que te dije del granizo no fue nada cierto pero ora sí va a helar.
¿No sientes frío?
—Pues, sí, dijo el coyote. —Como que tengo tantito.
—Bueno. Yo te voy a defender para que veas que no soy vengativo.
Entonces estaba un zacatito de pura hoja que había hecho un labrador para defenderse de la lluvia. Le dijo: —Métete aquí. Yo te voy a cuidar de la... de la helada.
Lo metió y le tapó bien al coyotito y luego agarró un cerillo y le prendió fuego. Y allí estaba el pobre coyote hecho chicharrón, pero tan contento que ya no ha vuelto a sentir ni hambre ni sed. Y la zorra sigue corriendo en busca del coyotito para librarlo del frío.

 

Nº de referencia: 24

Al habla:
Concepción Ramírez de Ojeda
(32 años)

Recopilado por:
Stanley L. Robe

Registrado en: Valle de Guadalupe (Valle de Guadalupe, Jalisco), el 18 / 11 / 1947

Transcrito por: Stanley L. Robe

Ver en el mapa: localidad / sitio de documentación / lugares mencionados

 

Este relato fue publicado en:

 Stanley L. Robe, 1970. Mexican Tales and Legends from Los Altos. Berkeley: University of California Press, núm. 6

Notas

 

Ver los motivos
2) K551.8 - Wolf kept at door until children have been christened.
3) K713.1.1 - Animal allows himself to be tied so as to avoid being carried off by storm.
4) J1791.3 - Diving for cheese.
5) K1251 - Holding up the rock.
6) K1041 - Borrowed feathers.

 

Ver los tipos

34. - The Wolf Dives into the Water for Reflected Cheese. (Including the previous Type 34B.)

78A. - Animal Tied Up Because of a Storm (previously Animal Allows Himself to be Tied so as to Avoid Being Carried off by Storm).

122A. - The Wolf (Fox) Seeks Breakfast. (Including the previous Type 91A *.)

225. - The Crane Teaches the Fox to Fly.

1530. - Holding up the Rock.

 

Materiales adicionales

 

 

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