[ La esposa que sospechaba a su marido ]

 

Era un señor que tenía un amigo muy bueno. El señor era mucho mejor que el amigo y tenía una esposa muy mala. Esa esposa siempre le juzgaba mal o tenía pensada que el señor tenía otros intereses en otra mujer que no debía tenerles. Él se disgustaba, ella más bien se disgustaba mucho con el señor porque se salía a deshora a hacer oración y ella le juzgaba mal porque no sabía a qué salía.
Una vez intentó ella buscarle donde andaba él para ver con quién andaba porque no era cosa de que se separaba de ella más que en la noche y tan disgustada andaba que salió una noche a buscarlo y cuál fue sino su sorpresa que en el patio cuando vio una sombra que les aparecía. Ella iba detrás de él y vio que les apareció una sombra y se metió a una pieza. Entonces él a lo que iba se quedó, es decir, fue a hacer oración y la señora muy disgustada se puso, se volvió, y se acostó y queriendo o intentando quitarse la vida porque pensó que su esposo no era fiel con ella. Entonces coge un cuchillo y lo guarda debajo de la almohada. Ella no invocó ningún santo más que esperando que tuviera ánimo, porque algo le faltaba. Entonces coge el cuchillo y intenta darse el primer golpe en el cuello mas no logró hacerlo. Entonces en seguida entra el señor a acostarse y después de una hora de que había salido y la señora estaba ya casi dormida pero esperando que entrara el señor. Cuando entró le encontró despierta pero no le dijo nada.
Y así siguió varias noches, cuando una vez de tantas la señora, disgustadísima ya, le había echado en cara en el día su mala intención que ella creía que él tenía. Entonces cuando sale el señor le dice la señora que ella no la tendrá muy pronto, que pronto irá a perder, irá a quitarse la vida. Y él disgustado, o él más bien pensando que no tenía otro recurso mas pedirle a la santísima Virgen que le diera milagrazo, que concediera un milagro para conducir su esposa, se va él otra vez como siempre a hacer oración. Y en, cuando está haciendo oración a las altas horas de la noche llega el amigo y le dice: -Pide mucho por mi esposa que quizás esta noche se dé la muerte.
Entonces la esposa coge el cuchillo. Bien comprendió que no estaba allí el señor. Y se corta el cuello y quedan dos pedazos. Entonces comienza él, el esposo no sabía que la esposa había hecho tal cosa y se queda él siempre haciendo oración.
No había llegado a su cuarto cuando oye unos gritos muy desaforados del amigo que él había dejado cuidando a la esposa, aun retirado y sin que ella se diera cuenta. Entonces llega y oye él porque se va muy aprisa, creyendo, o pensando, como la santísima Virgen le habló, le inspiró. Le dijo que su esposa había muerto. Entonces va él muy de prisa y llega y cuál va siendo su sorpresa que encuentra a su esposa muerta y sin remedio porque estaba ya en dos pedazos. Entonces le dice el amigo que coja una medalla milagrosa que tiene él y se la ponga en el cuello y le vende, le junte el cuello con el cuerpo y le vende juntamente con la medalla milagrosa. Hace lo que el señor le dice, aquel amigo. Entonces se vale la coloración [i.e., curación] y le dice a la santísima Virgen: -Madre mía. Tú que eres la única que puedes aliviar mi dolor, mi grande tristeza de ver que mi esposa está más bien en lo profundo de los infiernos y quiero yo que no, quiero tener yo ese gusto de que tú me hagas este milagro. Concédemelo y haz que mi esposa vuelva, que viva.
Entonces el amigo aquel comienza a pedirle también a la santísima Virgen pero más que el, el esposo está pidiendo. Y cuando menos se acuerda oye que el amigo le habla y le dice: —Amigo, ven. Tu esposa te habla. Te llama.
Y entonces él corre y ve que su esposa comienza a hablar y comienza a respirar. Y ve que la santísima Virgen le ha hecho aquel milagro. Entonces él no halla ni qué hacer y le da gracias a la santísima Virgen por haberle concedido tan grande favor. Y le dice que de ese día en adelante en recompensa de que le ha librado a su esposa de la condenación eterna que serán los dos para ella y desde ese día la esposa y el esposo fueron modelos de padres de familia y el día de su muerte los dos llegaron al cielo.

 

Nº de referencia: 178

Al habla:
María del Carmen Gómez
(22 años)

Recopilado por:
Stanley L. Robe

Registrado en: Pegueros (Tepatitlán de Morelos, Jalisco), el 29 / 10 / 1947

Transcrito por: Stanley L. Robe

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Este relato fue publicado en:

 Stanley L. Robe, 1970. Mexican Tales and Legends from Los Altos. Berkeley: University of California Press, núm. 161

Notas
The story of the head that is cut off and successfully replaced is found in the folklore of widespread areas of Europe, America, and Africa. This exemplum is strictly religious with little that is from popular belief.

 

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