Don Cacahuate y su señora en el tren

 

Era don Cacahuate y la mujer. La mujer estaba deseosa de andar en tren. No conocía el tren y nunca había andado en tren. Le dijo un día la mujer a don Cacahuate: —Sabes, es que yo tengo ganas de, de conocer el tren y andar en él. —¡Mm, vieja! Ahorita te llevo. Verás. Vamos, ven. Ya se fueron a un potrero que tenían ellos allí. Dice: —Mira, vieja. Sabes tú que el tren no se para mas cuando llega a la estación. Y aquí la estación es la vuelta al potrero. —Muy bien, viejo, dice. —Pero, y ¿eso es el tren? —Pos, sí. Es que serán casi iguales. Es como el tren, dice. Ya fue y cortó unas ramas y algunas hierbas: —¡Súbete, vieja! ¡Sube! Ella sabe que el tren no se para hasta que no llega a la estación. Ya subió la mujer y él se, se asía de las ramas. Y al poco caminar ya como a media ... medio potrero y ya se les van a acabar las ramitas y palitos que llevaba abajo y comienza ella a rasparse. Y le dice: —¡Viejo, viejo! ¡Párate que ya me voy raspando! —Oye. Ya sabes que el tren no se para hasta que no llega a la estación. La vieja ya de veras se raspaba mucho. Ya ni caso le hacía hasta que llegó allá a la estación que habían puesto ahí. Ya cuando él se bajó, dijo: —¡Ora, sí! ¡Ya bájate, vieja! Dijo: —Mira no más cómo me pusiste! —¡Oh, pero querías subir al tren!

Nº de referencia: 169 Al habla: Pedro González (26 años) Recopilado por: Stanley L. Robe Registrado en: Acatic (Acatic, Jalisco), el 21 / 9 / 1947 Transcrito por: Stanley L. Robe Ver en el mapa: localidad / sitio de documentación / lugares mencionados   Este relato fue publicado en:  Stanley L. Robe, 1970. Mexican Tales and Legends from Los Altos. Berkeley: University of California Press, núm. 152 Notas   Ver los motivos ) -   Ver los tipos . -   Materiales adicionales