El ratón Pérez

 

Esta era una mujer que no tenía marido y tenía una criada y diario se perdía la cebolla. Y luego un día, un día le dijo la, la mujer a la criada que si se volvió a perder la cebolla que peligraba de la vida. Y luego le dijo, luego la, la muchacha se agarró a llore y llore allí sentada en una piedra.
Luego resultó una hormiguita y le dijo la hormiguita: —Buena niña, ¿por qué lloras?
Y dijo: —¡Mm! ¿Tú crees que no? El ratón Pérez se cayó a la olla por comerse la cebolla y, y la mujer me dijo que si se volvió a perder la cebolla que peligraba de la vida.
Y luego dijo la hormiguita: —Entonces yo me subo al palo.
Y que se subió al palo. Y luego le dijo el árbol, le dijo el árbol: —Hormiguita, ¿por qué te subes?
Y luego dijo: —¡Mm! ¿Tú crees que no?, dijo. —El ratón Pérez se cayó a la olla por comerse la cebolla y la, la mujer le dijo a la criada que si se volvía a perder la cebolla que peligraba de la vida. Y yo, yo me, y yo me subí aquí.
Luego dijo el palo, dijo: —Pues yo, pues yo me deshojo.
Y luego se deshojó. Y al ratito llegaron unos pajaritos a hacer nido y le dijeron al árbol: —Arbol, ¿por qué estás tan deshojado?
Dijo: —¡Mm! Pos, ¿ustedes creen que no? El ratón Pérez se cayó a la olla por comerse la cebolla y la mujer le dijo a la criada que si se volvía a perder la cebolla que peligraba de la vida y la hormiguita se, se subió en mí y yo me deshojé.
Luego dijeron los pajaritos: —Pues nosotros nos desplumamos.
Y se desplumaron. Luego después fueron los pajaritos y se pararon en unos bueyes y los bueyes le, les dijeron: —Pajaritos, ¿por qué están desplumados?
Dijeron: —No. ¿Ustedes creen que no? El ratón Pérez se cayó a la olla por comerse la cebolla y la mujer le dijo a la niña que si se volvió a perder la cebolla que peligraba de la vida y la hormiguita se iba subiendo el palo y el palo se deshojó y nosotros nos desplumamos.
Luego dijeron los bueyes: —Pos, nosotros nos descornamos.
Y se descornaron. Luego fueron a beber agua a una charca y les dijo la charca: —Bueyes, ¿por qué están tan descornados?
Luego dijeron: —¡Mm! ¿Tú crees que no? El ratón Pérez se cayó a la olla por comerse la cebolla y la mujer le dijo a la niña que si se volvió a perder la cebolla que peligraba de la vida y la hormiguita se iba subiendo al palo y el palo se deshojó y los pájaros se desplumaron y los bueyes se descornaron y nosotros nos descornamos.
Luego dijo la charca, dijo: —Pues, yo me seco.
Y que se secó. Luego fueron unas niñas al agua con cántaros y cantarillas y luego le dijeron: —Charca, ¿por qué estás tan seca?
Luego les dijo: —¡Mm! ¿Ustedes creen que no? El ratón Pérez se cayó a la olla por comerse la cebolla y la mujer le dijo a la criada que si se volvía a perder la cebolla que peligraba de la vida. Luego y la hormiguita se iba subiendo al palo y el palo se deshojó y los pájaros se desplumaron y los bueyes se descornaron y yo me sequé.
Y luego dijeron las niñas: —Pos, nosotras quebramos cántaros y cantarillas.
Y los quebraron. Luego fueron con su mamá, y que luego, fueron con su papá que luego les dijo, les dijo el papá: —¿Dónde está el agua?
—¿No te lo dijeron?
—¿Por qué quebaron los cántaros y las cantarillas?
Luego dijeron: —¡Mm! ¿Usted cree que no? El ratón Pérez se cayó a la olla por comerse la cebolla y la mujer le dijo a la niña que si se volvía a perder la cebolla que peligraba de la vida. La hormiguita se iba subiendo al palo y el palo se deshojó y los pájaros se desplumaron y los bueyes se descornaron y la charca se secó y nosotros quebramos cántaros y cantarillas.
Luego dijo el rey: —Pos yo me pongo ropas amarillas.
Y que se puso ropas amarillas. Luego se fue con la reina, la mujer de él.
Luego le dijo la mujer: —¿Por qué traes ropas amarillas?
Luego dijo: —¡Mm! ¿Tú crees que no? El ratón Pérez se cayó a la olla por comerse la cebolla y la mujer le dijo a la niña que si se volvió a perder la cebolla que peligraba de la vida y la hormiguita se iba subiendo al palo y el palo se deshojó y los pájaros se desplumaron y los bueyes se descornaron y la charca se secó y las niñas quebraron cántaros y cantarillas y yo me puse ropas amarillas.
Luego dijo la reina: —Pues yo me destripo. Y que se destripó. Se acabó.

 

Nº de referencia: 159

Al habla:
Clemente Martín
(11 años)

Recopilado por:
Stanley L. Robe

Registrado en: Pegueros (Tepatitlán de Morelos, Jalisco), el 29 / 10 / 1947

Transcrito por: Stanley L. Robe

Ver en el mapa: localidad / sitio de documentación / lugares mencionados

 

Este relato fue publicado en:

 Stanley L. Robe, 1970. Mexican Tales and Legends from Los Altos. Berkeley: University of California Press, núm. 142

Notas
The mourning for the dead mouse recalls the final element of type 2023 as in tale No. 143, infra. The incident of the ant finding the coin, then conversing with suitors is not present in No. 142. For that reason and because the emphasis in the tale is upon the mourning itself, I have included it under A-T 2022 The Death of the Little Hen.

 

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) -

 

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2022. - The Death of the Little Hen. (Including the previous Types 2021 * and 2022A.)

 

Materiales adicionales

 

 

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