[ El rey malo ]

 

Había un rey malo. A todos los habitantes de la ciudad de donde él mandaba tenían que adivinarle tres preguntas que él les hacía. En una ocasión llamó a un hombre que tenía un hermano que estaba loco. Le dijo: —Tienes que adivinarme tres preguntas.
Y ya le dijo al...: —Te doy tres días de plazo para que pienses tus preguntas que te tengo que hacer.
A los tres días el hermano que estaba loco le preguntaba: —¿Por qué estás triste, hermano?
—Cállate tú, loco. ¿Qué vas a saber de las cosas que le pasan a uno?
—Dime. Quién quite y yo pueda remediar tu mal.
—¡Cállate, cállate! ¡Ni me estés platicando, si no quieres que te ponga unos golpes.
—Dime. Quién quite y yo pueda.
Por fin, de tanto estarle rogando le dijo: —Pues sabes que el rey me dijo que tenía que contestarle tres preguntas que él me hiciera. Y si no, penaba de la vida.
Ya le dijo cuáles eran las preguntas y le dice: —¿Por eso te apuras? Dice: —No te apures. Yo voy. Al cabo si me matan a mí, ¿qué le hace? Yo estoy loco y tú te puedes quedar ahí para que cuides a mi madre y a todos.
A los tres días fue. Le dice el rey: —A ver. ¿Ya vienes a contestar las preguntas que te voy a hacer? —Sí.
—Dime, ¿qué tanto es lo que pesa la tierra?
Le dice el loco: —Pos, sáquele la piedra. De la piedra no me habló. Así para poder pesarla.
Ya dice el rey: —Fue cierta. La perdí. Ahora dime, ¿qué tanto es lo que valgo yo?
—Pues, si Dios, que era dueño de cielos y tierras, valió treinta monedas, usted valdrá el precio de una gallina, que son seis reales.
Dice: —¡Bueno! Perdí esta otra también. Ahora dime, ¿qué es lo que estoy pensando?
—Pues, usté está pensando en que está hablando con el que le dijo que le iba a adivinar las preguntas. Y no. Está hablando con un hermano de él, que está loco.
Y ganó la apuesta.

 

Nº de referencia: 128

Al habla:
Januario González
(21 años)

Recopilado por:
Stanley L. Robe

Registrado en: Acatic (Acatic, Jalisco), el 26 / 10 / 1947

Transcrito por: Stanley L. Robe

Ver en el mapa: localidad / sitio de documentación / lugares mencionados

 

Este relato fue publicado en:

 Stanley L. Robe, 1970. Mexican Tales and Legends from Los Altos. Berkeley: University of California Press, núm. 111

Notas
This tale and no. 110 of this collection are versions of type 922 The Shepherd Substituting for the Priest Answers the King's Questions. Each story hinges upon three questions that the king propounds to a sham churchman [K1961] or another man who goes to the palace to answer in place of his brother. In No. 110 the questions are: What am I worth? [H711], What power do I have? (similar to the preceding but not specifically listed in Thompson's Motif-Index of Folk Literature), and What am I thinking? [H524.1]. The first and third of these questions also occur in this tale. The second question is: How much does the earth weigh? [H691.1.1]. In No. 110 the sham churchman is rewarded in the form of a sign that he uses to obtain free liquor wherever he goes. This reward is not mentioned in the outline of type 922 of Aarne-Thompson nor in Espinosa's discussion of the various versions treated in Cuentos populares españoles (II, 101-111).

 

Ver los motivos
) -

 

Ver los tipos

922. - The Shepherd Substituting for the Clergyman Answers the King's Questions. (The King and the Abbot) [H561.2].

 

Materiales adicionales

 

 

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